Miles de devotos de la fe católica, practicantes de las religiones afrocubanas, pagadores de promesas peregrinaron desde varias partes de Cuba hasta el Santuario del Rincón para venerar a San Lázaro, como ocurre cada 17 de diciembre.
Religiosos y creyentes se congregaron desde la noche del viernes a las afueras del templo ubicado a las afueras de La Habana, en una vigilia ya habitual en honor al Santo milagroso, “amigo de Jesús” según la iglesia Católica, y denominado Babalú Ayé en el panteón Yoruba.
Con ramos de flores, velas y otras ofrendas, cientos de fieles acudieron a pagar sus promesas, algunos vestidos de saco, otros avanzando descalzos e incluso a rastras para demostrar su veneración por una de las deidades más poderosas según sistema de creencias de los cubanos.
La veneración por San Lázaro es un fenómeno popular que suele cobrar mayor fuerza en tiempos de profundas crisis económicas o en momentos de desastres relacionados con la salud, como los que ha vivido Cuba en los últimos años.
La devoción por San Lázaro está considerada la segunda en términos de masividad en la isla, sólo por detrás de la de la Virgen de la Caridad, que tiene su templo principal en el poblado del Cobre, en el oriente cubano.
Se estima que cada año alrededor de 15 mil personas acuden cada año al Rincón por estas fechas, incluso cubanos emigrados viajan a la isla solamente a cumplir con sus promesas al santo, consideradas impostergables.
En el San Lázaro venerado en Cuba confluyen el personaje bíblico amigo de Jesús y hermano de Marta y María de Betania, el mendigo Lázaro, que aparece en una parábola del Evangelio de San Lucas y el orisha Babalú Ayé, que se sincretiza con los dos anteriores.
