En las últimas semanas, varios incidentes delictivos en diferentes puntos de Italia han tenido como protagonistas, sospechosos o personas involucradas a ciudadanos de origen cubano, en un contexto que ha llamado la atención por la diversidad de escenarios y modalidades delictivas.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Roma, donde un cubano de 30 años fue arrestado por hurto agravado, tras sustraer las mochilas de dos turistas venezolanas que almorzaban en una terraza del centro histórico. El cubano, que vestía como un turista más —con gafas de sol y gorra de béisbol—, utilizaba auriculares inalámbricos para mantenerse en contacto con su cómplice, quien desde una calle cercana le iba marcando a las víctimas en tiempo real. El dúo empleaba una técnica bien conocida por los cuerpos de seguridad, conocida como la “técnica de la chaqueta”: el ladrón se quitó el abrigo y lo colocó sobre el brazo para ocultar los movimientos de su mano mientras tomaba los objetos, en este caso dos mochilas colocadas en los respaldos de las sillas.
Gracias a la vigilancia activa de los agentes del I Distretto Trevi Campo Marzio, que patrullaban las calles por donde se mueve gran parte del turismo en la capital italiana, el cubano fue seguido discretamente y capturado en el momento exacto en que intentaba alejarse del lugar con el botín, que incluía 250 euros en efectivo, documentos y teléfonos celulares. Su cómplice, sin embargo, consiguió escapar.
Durante los controles posteriores en comisaría, los agentes descubrieron que el cubano ya había estado implicado en un robo muy similar apenas un mes antes, utilizando exactamente la misma estrategia y el mismo atuendo. De hecho, fue reconocido gracias a las imágenes de videovigilancia del local donde cometió ese delito anterior, en las que se le ve apropiándose de una bolsa de marca colocada también detrás del respaldo de una silla, mientras la víctima comía. Con estos antecedentes y las pruebas obtenidas, fue formalmente arrestado por hurto agravado en reincidencia, y su detención fue validada por la Autoridad Judicial.
En Pioltello, localidad próxima a Milán, un cubano de 54 años, en situación irregular y sin antecedentes penales, fue arrestado tras ser sorprendido robando dentro de una vivienda junto a otros cómplices. El dueño de la casa detectó el robo en tiempo real gracias a cámaras de seguridad instaladas en el apartamento. Aunque varios ladrones lograron huir, el cubano fue capturado por los carabinieri con parte del botín, valorado en unos 10 mil euros en objetos personales y bolsos de marca.
Por su parte, en Codroipo (Friuli), se reportó un robo domiciliario el pasado 4 de abril, entre las 15:00 y las 18:30. Aunque no se ha identificado a los responsables, el hecho despertó curiosidad por el peculiar botín: dinero, además de ropa, joyas y una réplica de un revólver en acero. Varios medios italianos cubrieron el hecho, aunque en unos se habla de diez mil euros y en otros de pesos cubanos.
Finalmente, en Jesi (Ancona), un operativo policial condujo a la detención de un marroquí bajo vigilancia especial. Durante el procedimiento, dos cubanos fueron identificados como acompañantes. Un cubano de 35 años fue denunciado por no exhibir su permiso de residencia, aunque constaba como titular del mismo.
Si bien se trata de hechos aislados, estos casos reflejan una presencia cubana en distintos niveles del panorama delictivo en Italia, desde hurtos organizados hasta faltas administrativas. Las autoridades continúan investigando cada uno de ellos de forma individual.
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