El café que el gobierno cubano le vendió en la bodega a Daysi Pérez es un montón de cáscara que está más cerca de ser café en grano que molido, y encima bastante ligado con chícharo.
Sin embargo, la reacción de esta cubana, como la de muchos de sus coterráneos, ha sido reírse del producto en el grupo de Facebook El Vedado de Hoy.
Según expresó con ironía esta habitante de La Habana, el café correspondiente a la canasta familiar normada de este mes fue “pasado por un colador muy fino”.
“Cuidado con las cafeteras”, escribió después con tono serio Pérez porque, como evidencia la fotografía que publicó, el “café” que le dieron por la libreta podría hacer explotar a la más eficiente de las cafeteras y hasta podría servir para “hacer congrí”.
De acuerdo con lo que apuntó la cubana, ella cierne el chícharo “mal tostado” que le venden como café y lo liga con otro tipo de café para poder consumirlo, es decir, que “vivimos inventando”.
Otros capitalinos confirmaron que, aunque no se sabe qué es lo que viene a la bodega por café, se le agrega café “puro” y “lo colamos porque nos hace falta”.
“Otro ‘logro’. Vamos por más”; “Metralla pura”; “Esta gente está acabando con el pueblo”; “Se roban el café y venden al pueblo cualquier cosa”; “¿Y eso qué es? ¿Cáscara de café no?”; y “Pura porquería es lo que le entregan al pueblo que está en continuidad y resistiendo”, apuntaron otros.
“Moringa tostada y molida, porque chícharo no es. En cualquier momento nos envenenan y vamos a caer como postalitas”; “¿Pero nadie ve nada? ¿Dónde están los que deben controlar?. Robando, claro, es lo que nos merecemos”; y “¡¡Le ronca esto!! Cada vez viene peor el ‘coñicafé’ a la bodega. ¿Con qué rayos estarán mezclando eso?”.
Al mismo tiempo, vale destacar que, en la isla puede comprarse café, hecho en Cuba o importado, pero a precios que, quienes no reciben remesas de familiares en el extranjero o cobran en divisas, no pueden pagar.
Actualmente, un paquete de café de 10 onzas, o sea, poco más de media libra, ronda los mil pesos, lo que equivaldría a un cuarto del salario medio de un cubano.
Si bien muchos cubanos acostumbran a tostar por sí mismos el chícharo para ligarlo con el café “bueno”, es algo que se ha dificultado porque hasta el chícharo está “perdido”, sobre todo después de que el gobierno anunciara en diciembre pasado que eliminará el subsidio de la canasta básica para “subsidiar personas, no productos”.
