El reconocido periodista Ignacio Ramonet ha sido objeto de duras críticas tras un post publicado en X – antiguo Twitter – el 19 de octubre de 2024, en el que se sumaba a un pedido hecho por el Partido Comunista de Rusia en el que se pedía que el gobierno ruso brindara asistencia a Cuba debido a la crisis energética que atraviesa la isla.
Según expresaba Ignacio Ramonet en el post, diez millones de cubanos se encuentran sin electricidad, lo que, en sus palabras, podría desencadenar una crisis humanitaria y señalaba: «A causa del bloqueo».
«El gobierno ruso debe brindar asistencia al pueblo cubano», declaró al final de su tuit Ramonet, en sintonía con un llamado similar del Partido Comunista de Rusia.
Llamado del PC de Rusia. A causa del bloqueo, Cuba está desenergizada. 10 millones de personas sin electricidad. En el clima cubano, eso amenaza con una gran crisis alimentaria. Hay que evitar un desastre humanitario. El gobierno ruso debe brindar asistencia al pueblo cubano. pic.twitter.com/zSACtfGnta
— IGNACIO RAMONET (@IRamonet) October 19, 2024
Sin embargo, el post generó una ola de reacciones divididas.
Algunos usuarios, como transferBotin, no tardaron en responder con virulencia: «Lo que tienen es que dejar de joder y largarse. ¡Abajo el PCC!», mientras que QuantumQuester argumentó que la solución no pasaba por la ayuda extranjera, sino por el fin del régimen: «La dictadura debe renunciar… 65 años de comunismo no han resuelto los problemas básicos de la nación cubana».
A pesar de las críticas, hubo voces que apoyaron la idea de Ignacio Ramonet, como Luigino Bracci Roa, quien sostuvo que tanto Rusia como China deberían ayudar a la isla en estas circunstancias.
Esta postura no es sorprendente si se considera el historial de cooperación entre Cuba y Rusia. Desde los tiempos de la Unión Soviética, Moscú ha sido un aliado clave para la isla. Durante décadas, el bloque socialista no solo apoyó económicamente a Cuba, sino que también proveyó armamento, petróleo y alimentos, constituyendo alrededor del 35% del PIB cubano en los años 70 y 80, según indica Infobae. Tras la caída de la URSS, la relación se enfrió, pero en años recientes ha vuelto a estrecharse, con Rusia ofreciendo créditos y asistencia en sectores clave como el energético.
Sin embargo, muchos críticos, tanto en redes sociales como en foros políticos, señalan que el problema no es la falta de ayuda internacional, sino la gestión interna del gobierno cubano.
𝓛𝓾𝓷𝓪, por ejemplo, expresó su frustración con la élite cubana:
«Cada vez que uno de estos estafadores les diga que la culpa es del bloqueo, pregúntenles cómo construyen hoteles de lujo mientras no invierten en generación eléctrica». Otros usuarios también señalaron que las autoridades cubanas parecen más interesadas en mantener funcionando sus instalaciones turísticas de lujo que en atender las necesidades básicas del pueblo.
Ignacio Ramonet, conocido por su cercanía a los gobiernos de izquierda en América Latina, no ha respondido públicamente a las críticas.
Sin embargo, el debate pone en evidencia las tensiones entre aquellos que ven en la ayuda rusa una solución temporal y quienes consideran que el problema de fondo radica en el propio sistema político de la isla.
Pero, ¿cuánto dinero necesitaría Cuba para tener una matriz energética que responda a sus necesidades?
Para que Cuba pueda modernizar su matriz energética de manera efectiva, se estima que el país necesitaría una inversión significativa. Según fuentes recientes, el monto necesario oscila entre 3,000 y 5,000 millones de dólares. Esta cifra cubriría la renovación de plantas termoeléctricas, la actualización de la red de transmisión y distribución eléctrica, así como la integración de energías renovables como la solar y eólica.
Sin embargo, algunas proyecciones sugieren que una transformación más integral, que incluya la implementación de nuevas tecnologías y una infraestructura más robusta y sostenible, podría elevar el costo hasta 10,000 millones de dólares. Esto permitiría diversificar la matriz energética, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y mejorando la eficiencia de la red eléctrica.
En todo caso, Cuba no tiene ese dinero ni lo tendría disponible ni siquiera a largo plazo. Rusia y China lo tienen, pero parece a todas luces imposible que, ni siquiera poniéndose de acuerdo entre ellos, serían capaces de tamaño sacrificio.
