La afición habanera tuvo que sufrir la primera barrida de la historia de su emblemático Industriales en su propia casa en una inédita final contra los Leñadores de Las Tunas.
Los seguidores azules reconocieron el meritorio trayecto de su diezmada selección que llegó a esta ronda decisiva contra pronóstico, pero esperaban más, incluso, en las derrotas. Nunca escucharon la conocida frase «cayeron con las botas puestas».
El consuelo para algunos fue que otros 14 equipos querían haber estado en esta final que cerró anoche en el «Latinoamericano» con el cuarto triunfo de seguidilla de los orientales, esta vez 6-1. Era también la séptima ocasión que un plantel ganaba por «pollona» desde que se establecieron los «play off» en las series nacionales. Por segunda ocasión los tuneros se alzaban con el título tras hacerlo en 2019.
Esta fue la 62 edición y no pocos rememoran hoy, tras la profesionalización del béisbol nacional y el coqueteo con la Major League Baseball de Estados Unidos, la célebre frase de Fidel Castro «el triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava» que al parecer la prensa deportiva oficial no pretende recordar hoy.
Comoquiera, Industriales volvió a una final después de 11 años. Pero cuando se llega a este momento cumbre nadie se resigna a la derrota. Los Azules tuvieron su espacio clave que desperdiciaron en el segundo juego en Las Tunas cuando lo ganaban 3-1 pero se entremezclaron deslices de dirección y fallas de relevistas en el séptimo para ceder 4-3 a la postre.
La historia ya estaba escrita y los Leñadores se confirmaron como el mejor equipo en la actualidad beisbolera cubana tras liderar la fase de grupos y eliminar a Ciego de Ávila y Matanzas en cuartos de final y semifinal.
Industriales hizo lo que pudo luego de perder a sus principales lanzadores Andy Vargas, Pavel Hernández y Christian Taylor y luego, tras dejar en la cuneta a Santiago de Cuba en la semifinal, sufrir las ausencia de su cuarto bate y ex Grandes Ligas, Yasmani Tomás y de otro estelar, Ariel Hechevarría.
Terminó la Serie y todavía la afición está esperando a que la prensa oficial entreviste a Tomás o a algún médico para desentrañar el secretismo de la prolongada intoxicación del toletero habanero que cumple ya 11 días.
