La cubana Madely Gamboa Ríos, de 49 años, murió desangrada por el impacto en un pie de la hélice de la embarcación en la buscaba arribar a los Estados Unidos a través del estrecho de la Florida. El sangramiento no pudo ser contenido por sus compañeros de travesía antes que arribara la Guardia Costera de los Estados Unidos (USCG) al rescate del grupo de inmigrantes.
El viaje de Gamboa Ríos, natural de Caimito, en la actual provincia de Artemisa, inició en la playa El Morrillo, localizada en el mismo territorio, y el fatal accidente truncó su vida y sus esperanzas.
“Fue una muerte terrible”, declaró Ramón Raúl Sánchez, activista líder del Movimiento Democracia en Miami, al medio independiente CiberCuba, “se desangró en el viaje”, que fue interceptado el pasado 21 de junio por los guardacostas estadounidenses a 11 millas de Cayo Marquesas.
La cubana sería la muerte número 40 de inmigrantes cubanos registrada en los últimos ocho meses (desde el 1ro. de octubre de 2021), según datos de la USCG.
La identidad de Madely fue confirmada por la Oficina del Médico Forense del Condado de Monroe, en Cayo Hueso (Key West), aunque los resultados de la autopsia aún no se dan a conocer. Una vez concluido este proceso, se procedería a devolver el cadáver a sus familiares en la isla. Sus acompañantes fueron repatriados el pasado jueves 23 de junio a Cuba como parte de un grupo mayor de 89 personas.
“La familia no tiene el dinero para costear los precios de la devolución del cuerpo y estamos buscando una solución”, declaró Sánchez, quien está en contacto con una sobrina de Gamboa Ríos residente en la ciudad de Miami, junto a quien gestiona para facilitar el retorno de los restos a Cuba sin efectuar el abono de los dineros requeridos si la repatriación se procesa a través de empresas funerarias locales, que ronda los 8 500 dólares estadounidenses.
Una de las opciones por las que apuesta Ramón Raúl Sánchez es que los cuerpos de balseros fallecidos en alta mar puedan ser devueltos por la USCG a las familias de estos en Cuba si lo solicitan, como parte de los protocolos rutinarios de repatriación de inmigrantes.
El propio 21 de junio, fue recuperado del mar por las autoridades estadounidenses el cuerpo del cubano Alberto Rosell Ojeda, de 56 años, veterano de la guerra de Angola, residente en La Habana. Su embarcación naufragó al sur de Cayo Hueso, en la zona de Fort Zachary Taylor.
