La vida de Kuki Delgado cambió por completo a principios del mes de julio, cuando perdió a su madre, Noemí, tras una dura batalla contra el cáncer. Desde entonces, la joven cubana, hija del popular cantante Alexander Delgado, ha atravesado un proceso de duelo que decidió compartir de manera sincera con sus seguidores en Instagram.
En una serie de historias publicadas este martes, Kuki se abrió como pocas veces lo había hecho. Con voz serena, reconoció que no ha sido fácil sobreponerse al vacío que dejó su madre. “No es una sorpresa para ustedes que yo no he estado en mis mejores momentos. Hace meses, por la pérdida de mi mamá. Ha sido muy difícil. Aún sigue siendo difícil”, admitió.
La influencer quiso mostrar también la manera en que intenta transformar el dolor en fortaleza. Explicó que, aunque ha tenido días muy oscuros, ha decidido buscar siempre una chispa de esperanza: “Dentro del caos siempre hay una lucecita. Y siempre tenemos que ver las cosas positivas de las cosas que nos pasan. Porque no podemos llevarnos por las cosas negativas, porque eso trae ruina”.
Con esa actitud, Kuki ha encontrado un punto de equilibrio entre la nostalgia y el deseo de crecer. La muerte de Noemí, confesó, ha sido el golpe más duro de su vida, pero también la ha empujado a enfocarse en lo que su madre soñaba para ella. “Perdí a mi mamá. Es lo más difícil que he pasado en mi vida. Pero ¿saben qué? Me estoy recuperando. Me estoy enfocando en mí, en lo que mi mamá quería para mí”, aseguró con determinación.
La joven subrayó que la clave ha estado en levantarse una y otra vez, aunque todo parezca derrumbarse. “Me estoy enfocando en ser grande, porque donde ella esté se va a sentir orgullosa de mí y va a ser una luz que me va a acompañar siempre. Y gracias a Dios me está haciendo el camino más fácil”, expresó. Sus palabras dejaron entrever no solo dolor, sino también una madurez poco común en alguien de su edad.
En medio de su confesión, Kuki extendió un mensaje de aliento a quienes atraviesan pruebas similares. Recordó que la vida alterna momentos buenos y malos, y que lo importante es aprender a sobrellevar ambos: “No siempre tenemos días buenos. Tenemos días buenos y malos, pero tenemos que saber cómo lidiar con eso y siempre pensar positivo. Aunque les pasen cosas malas, piensen con energía positiva porque se va a solucionar”.
Antes de cerrar, dejó una reflexión que trasciende su experiencia personal. Habló de la importancia de la bondad y del amor propio como herramientas para avanzar. “No se pueden tirar siempre, al contrario, levántense y tiren para adelante. Y por último: sean buenas personas. Cuando son buenas personas, la vida les sonríe. Les va bien. Pueden tener mil personas en contra, pero les va a ir bien. Y otra cosa: trabajen en ustedes y en los suyos. Que los suyos estén bien.”
El testimonio caló hondo entre quienes la siguen, que han sido testigos de su transformación en estos meses. En un entorno donde muchas veces el duelo se mide desde lo superficial, las palabras de Kuki sirvieron para recordar que no hay fórmulas universales. Cada persona enfrenta la pérdida a su manera, y en ese trayecto, el amor a los que partieron puede convertirse en guía y sostén.
