Otra vez los gastos de millones de dólares en Sudáfrica terminan relacionados con Cuba
La última polémica salió de los hangares: el Departamento de Defensa de Sudáfrica aprobó un vuelo chárter de R34 millones de rands (al cambio actual serían aproximadamente 2 millones de dólares) para trasladar a 212 estudiantes y a decenas de altos oficiales a La Habana.
La nota que disparó la indignación pública describe el viaje como un “lujo” innecesario y empuja a la oposición a exigir una investigación formal. News24/City Press resumió el punto de partida: el ministerio que hoy encabeza Angie Motshekga “gastó R34 millones en un chárter” para traer a casa a estudiantes formados en Cuba, imagen y titular incluidos en su cobertura, señala News24.
El partido opositor Alianza Democrática (DA) detalló la que, a su juicio, es la dimensión exacta del dispendio: R33 999 000 por un chárter operado por Cobra Aviation, con dos tramos OR Tambo–La Habana entre el 13 y el 20 de julio, y con especificaciones de business class, catering gourmet, cubertería fina y almohadas de lujo.
DA pidió el rastro de auditorías, el informe del vuelo y la intervención del comité de cuentas públicas, detalla por su parte Polity.org.za
Ante las acusaciones el Ministerio de Defensa (SANDF) salió a hacer lo que siempre suelen hacer las personas que se les acusa: defenderse. El organismo sostuvo que no cuenta con capacidad propia de transporte estratégico y que, dadas las necesidades logísticas, el chárter era la única opción factible, describre DefenceWeb.
Si este episodio suena conocido es porque encaja en una larga secuencia de negocios y gastos sudafricanos que, directos o triangulados, terminan en Cuba y vuelven como búmeran en forma de controversias.
Hay varios casos, en el pasado, similares al que ahora describimos. Desde pagos irregulares en el sector defensa hasta compras médicas sin aval regulatorio. Entre ellos, el Proyecto Thusano —acuerdo de 2014 entre el Ejército sudafricano y las FAR— que permitió contratar técnicos cubanos para reparar vehículos militares; el balance dibuja decenas de millones de dólares a favor de La Habana y más de R1 000 millones gastados del lado sudafricano, con críticas por la falta de transparencia y por desplazar a empresas locales.
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Medios sudafricanos han documentado que, en un pasado no tan lejano, el gobierno de ese país destinó más de 19 millones de dólares a pagar los servicios de 229 médicos y 65 ingenieros cubanos, un esquema que la oposición acusa de perjudicar el mercado laboral local y de carecer de planes claros de transferencia de habilidades. Esos mismos medios han reseñado también que, la justicia de Gauteng paralizó en 2022 una donación de R50 millones al gobierno cubano, tras la denuncia de AfriForum y en medio de una discusión pública sobre prioridades presupuestarias en un país con desempleo y pobreza elevados.
Otro capítulo espinoso fue la compra, por parte del ministerio de Defensa, de Interferón Alfa 2B Heberon a Cuba durante la pandemia. Investigaciones internas revelaron que parte de los envíos entró como contrabando y que la operación avanzó sin aprobación de la autoridad regulatoria de fármacos de Sudáfrica; buena parte del lote terminó devuelto y el dinero, en disputa.
Visto en conjunto, el vuelo chárter de R34 millones no es un meteorito aislado, sino otro eslabón en una cadena donde bilaterales, emergencias y cooperaciones técnicas acaban repetidamente en sobrecostos, opacidad o decisiones políticas difíciles de justificar.





