Una reciente filtración de documentos financieros revela la verdadera dimensión del poder económico que ostenta el conglomerado militar GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A.), bajo el mando del ejército cubano y con el respaldo del general retirado Raúl Castro, en un contexto marcado por el colapso económico, la escasez de productos básicos, apagones continuos y sueldos simbólicos para la mayoría de los cubanos.
La investigación, publicada por el Miami Herald, expone que las cuentas bancarias vinculadas a este brazo empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) superan los 18 mil millones de dólares, una cifra superior a las reservas internacionales de naciones como Panamá, Costa Rica o Uruguay.
Fundado en los años 90, GAESA se ha convertido en la columna vertebral del control económico militar en Cuba. Aglutina sectores clave como el turismo, el comercio en divisas, las casas de cambio, los servicios bancarios, las transferencias monetarias y operaciones estratégicas como la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. Pese a su tamaño, opera sin fiscalización pública ni mecanismos de rendición de cuentas.
Entre sus activos más rentables figura Gaviota S.A., la corporación hotelera controlada por los militares que administra más de la mitad del alojamiento turístico del país. Según los documentos obtenidos por el Herald, esta empresa mantenía más de 4.300 millones de dólares en cuentas bancarias.
No obstante, esa suma representa solo una pequeña parte del entramado financiero. Nuevos documentos —incluidos estados financieros correspondientes a 2023 y 2024— indican que GAESA generó 2.100 millones de dólares en ganancias netas solo en el primer trimestre de este año.
A esto se suma el desempeño de Cimex, otra pieza clave del conglomerado, que registró ingresos de 3.400 millones de dólares y beneficios por 1.200 millones durante ese mismo periodo. Aun dejando fuera los activos de Cimex, los registros muestran que las demás empresas bajo el paraguas de GAESA contaban con 18.000 millones de dólares en activos líquidos, de los cuales 14.500 millones estaban en depósitos bancarios o en instituciones financieras propias del grupo.
A pesar de manejar semejantes sumas, no hay constancia de que estos fondos se destinen a servicios públicos esenciales o al bienestar de la población. De hecho, el balance consolidado revela que el grupo solo debía al Estado 920 millones de pesos cubanos, menos del 1% de sus ventas totales en moneda nacional. Al mismo tiempo, recibía del presupuesto estatal más de 9.200 millones de pesos, bajo el concepto de «inversión pública».
Un dato llamativo es que en su contabilidad interna, GAESA combina cifras en dólares y en pesos como si tuvieran paridad 1:1, ocultando la verdadera dimensión de sus recursos en divisas y distorsionando el valor real de sus activos nacionales.
El conglomerado actúa con total autonomía: no paga impuestos en dólares, sus operaciones están exentas de supervisión legislativa y sus informes financieros no son sometidos a auditorías independientes. En la práctica, funciona como un poder paralelo dentro del Estado cubano.
Mientras tanto, la población cubana enfrenta condiciones de vida cada vez más precarias: salarios estatales promedio de 16 dólares al mes, escasez crítica de medicinas y alimentos, cortes eléctricos diarios y una situación generalizada de pobreza.
Pese a este panorama, el régimen ha priorizado la expansión del sector hotelero de lujo, incluso en un escenario de caída sostenida del turismo internacional, relegando áreas esenciales como la salud pública, la energía o la alimentación.
La consolidación del poder económico militar fue impulsada directamente por Raúl Castro, quien promovió el crecimiento de GAESA y colocó al frente del conglomerado a figuras cercanas a su círculo familiar. Su yerno, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, dirigió el emporio hasta su muerte en 2022. En la actualidad, la dirección está a cargo de una general sin vínculos familiares conocidos con la cúpula castrista, aunque el control permanece firmemente en manos del aparato militar.





