Luis Silva, el actor que dio vida a Pánfilo Epifanio durante más de una década en la televisión cubana, aprovechó las redes para felicitar a su querida compañera de escena Irela Bravo, quien celebró en Miami este 24 de julio un nuevo aniversario de vida. Como es costumbre en él, lo hizo con ese toque de humor que lo ha convertido en uno de los rostros más entrañables de la farándula cubana.
“Muchas felicidades a la Cachita de Vivir del Cuento, que un día como hoy, nació. Todavía estamos averiguando el año de nacimiento. Google dice una cosa, y ella me dijo otra”, escribió Silva en su página de Facebook, acompañando el mensaje con varias imágenes que los muestran juntos en escenas icónicas del programa, incluyendo momentos junto a Isidoro, otro de los personajes que marcó época en la comedia nacional.
La publicación, más allá del chiste sobre la edad de Irela -que según registros oficiales y fuentes públicas sería de 72 años-, fue un gesto que tocó la fibra de los miles de cubanos que disfrutaron a este dúo de oro en pantalla. Las reacciones no se hicieron esperar: más de 20 mil mensajes llenaron el muro de Silva, muchos felicitando a la actriz por su cumpleaños y agradeciendo los años de entretenimiento que ofreció a la isla.
Irela Bravo, con su voz firme y rostro siempre sereno, ha sido por décadas una figura indispensable del arte en Cuba. Desde sus inicios en la radio hasta sus papeles memorables en la televisión y el doblaje, ha construido una carrera sólida, cargada de profesionalismo, gracia y cercanía. Su papel como Cachita le dio una popularidad aún mayor, convirtiéndola en símbolo de la mujer cubana de barrio, directa pero cariñosa, cómplice de las ocurrencias del viejo Pánfilo.
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Ahora radicada en Miami, la actriz celebra su segundo cumpleaños en territorio estadounidense, pero el cariño del público cubano -tanto dentro como fuera de la isla- sigue intacto. Tal vez por eso la publicación de Silva se sintió como una postal de afecto entre colegas, pero también como una conexión viva entre generaciones de cubanos que siguen viendo en Vivir del Cuento algo más que un programa de televisión: una memoria compartida.
La broma sobre la edad, lejos de generar polémica, confirmó una verdad universal: la elegancia de Irela y su vitalidad hacen que el calendario se vuelva irrelevante. No es casualidad que, a lo largo de los años, haya evitado entrar en detalles sobre su edad en entrevistas. Lo cierto es que su energía escénica, su voz reconocible y su entrega en cada personaje han sido los verdaderos protagonistas de su historia profesional.
Y mientras Google dice una cosa y ella otra, lo que queda claro es que Irela Bravo sigue siendo una de las artistas más queridas de la televisión cubana. La ovación del público -en comentarios, emojis y mensajes nostálgicos- es prueba de que su legado no entiende de distancias ni de cifras.





