Periódico Girón miente al pueblo sobre protestas y provoca que profesora universitaria pida la baja

Havana
cielo claro
23.2 ° C
23.2 °
23.1 °
94 %
0kmh
7 %
Vie
29 °
Sáb
29 °
Dom
30 °
Lun
26 °
Mar
24 °

Crece la indignación nacional ante el aumento de tarifas de ETECSA con movilización de estudiantes universitarios.

Mientras esto sucede, el periódico Girón intenta maquillar la realidad con la manipulación mediática de manos de un periodista ex acosado por la Seguridad del Estado por escribir en El Toque

En un gesto ético que marca la diferencia, una profesora universitaria expresa formalmente que pide la baja. ¿Por qué lo hizo?

Mientras el país se ahoga entre apagones, salarios raquíticos y estantes vacíos, el gobierno cubano decidió asestar otro golpe al bolsillo de la ciudadanía: un tarifazo en los servicios de internet móvil. Lo que era ya difícil, ahora es insostenible, conocido por todos, no solo dentro de la isla, sino fuera. Medios extranjeros como El País y BBC han hecho saber al mundo cómo en Cuba, el acceso a la red —la única vía de comunicación con el mundo exterior para millones de cubanos— se ha convertido en lujo de élite, y el descontento ya no cabe solo en las redes sociales.

El tarifazo que lo cambió todo

El aumento desmesurado de los precios de los paquetes de datos por parte del monopolio estatal ETECSA ha sido la chispa que reavivó el malestar popular. La medida obliga a muchos a elegir entre conectarse a internet o comer. Un paquete de 7GB cuesta más que el salario promedio mensual, y los de 15GB superan por mucho cualquier ingreso razonable en CUP. Como señala el reportaje reciente de la BBC mencionado anteriormente, «no puedes comprar un paquete de datos porque ya te quedas sin comer».

En respuesta a todo esto que ya todos conocemos y que está en boca de todos, dentro y fuera de la isla, surgió una ola de protestas virtuales con etiquetas como #NoAlTarifazo y #EtecsaBandida, memes comparando a ETECSA con un ladrón en tiempos de hambre, y exigencias concretas: auditar la empresa, rendir cuentas y revertir la medida.

El Periódico Girón en Matanzas se pone de rodillas y al servicio del maquillaje oficial

Mientras los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de La Habana se plantaban ante funcionarios de ETECSA y exigían explicaciones con una claridad y firmeza poco habitual en una universidad cubana, el periódico Girón, órgano oficial del Partido Comunista en Matanzas, decidió hacer lo que mejor sabe: vestir la mentira con ropajes de diálogo civilizado.

En un reportaje titulado “Prevalece diálogo y actitudes propositivas entre estudiantado universitario”, Girón mostró fotografías cuidadosamente tomadas donde apenas se ven cinco jóvenes delante y tres detrás. Más bien, lo que aparece en las imágenes es una procesión de canas, lo cual desató el sarcasmo colectivo en redes sociales. Las burlas no se hicieron esperar: usuarios hablaron de una “universidad del adulto mayor”, de “representación estudiantil geriátrica” y hasta de “reunión de los años 70 con una máquina del tiempo”.

Lo que en teoría sería un espacio de intercambio honesto entre estudiantes, autoridades universitarias y funcionarios políticos, terminó luciendo como una obra teatral mal dirigida, en la que el protagonista ausente era precisamente el estudiantado.

El texto de Girón, escrito por un exbloguero cubano que fue acosado alrededor del 2017 por escribir para El Toque, insistía en que todo transcurría “con normalidad” y que no había parón alguno, como si repitiendo ese mantra pudiera evaporarse la creciente ola de indignación juvenil que se expandía en otras provincias, con estudiantes cuestionando directamente al monopolio estatal de las telecomunicaciones.

Pero la puesta en escena de este «exbloguero mercenario», definido por él mismo como «Fidelista» y como «Borrachín» por sus excolegas de estudio, fue tan burda, tan obvia, que provocó más rechazo que alivio. «¿Dónde están los jóvenes?», preguntaban en los comentarios. «¿Los obligaron a posar con cara de resignación?», ironizaban otros. “¿Cuatro gatos y un jubilado son la voz del estudiantado matancero?”, fue otra crítica recurrente.

La imagen más contundente no fue una publicada por Girón, sino la que se formó en la mente de quienes vieron la manipulación: un salón medio vacío, algunos funcionarios fingiendo interés, varios ancianos ocupando puestos que debían ser de estudiantes, y una prensa oficial más preocupada por controlar la narrativa que por reflejar la verdad. El daño no fue solo a la credibilidad del periódico (si es que aún le quedaba algo), sino a la dignidad misma de los jóvenes matanceros, reducidos a figurantes en una obra de propaganda.

La renuncia que estremeció la academia

En contraste con el maquillaje oficialista y el silencio administrativo, una voz resonó con fuerza desde el municipio de Jovellanos. La profesora Alicia María López Hernández, docente universitaria, decidió renunciar públicamente, harta del encubrimiento, la indolencia institucional y la falta de apoyo a los estudiantes.

En un texto breve pero contundente, publicado en su muro de Facebook, la profesora expresó la vergüenza que sentía por pertenecer a una universidad que «da la espalda, literal y metafóricamente», a las preocupaciones legítimas de los estudiantes. Se refería específicamente a la Universidad de Matanzas y al circo montado en torno al reportaje de Girón. Y lo dejó claro: su renuncia no era solo administrativa, era un acto de dignidad ética y profesional.

«Los profesores, cuando de verdad lo somos, no debemos desentendernos de las aspiraciones, necesidades y luchas de nuestros discípulos», escribió. La frase se convirtió en una especie de lema viral. En redes, su gesto fue aplaudido como una bofetada moral al conformismo. Comentarios como “de casta le viene al galgo”, “con más cojones que Mariana Grajales”, o simplemente “mis respetos, profe”, inundaron Facebook.

Así lo amplificaban Jenny Pantoja Torres y Saily González Velásquez desde sus respectivas redes sociales:

Alicia no pidió permiso ni esperó el aplauso de ninguna institución. Se desmarcó de la narrativa complaciente y asumió el costo personal de actuar en coherencia con sus valores. Porque quedarse callada —cuando estudiantes de otras provincias estaban alzando la voz— habría sido una traición a su vocación de maestra.

Su gesto evidenció lo que Girón no pudo esconder: el divorcio entre el aparato institucional y el pulso real de una juventud crítica, harta de simulacros, y de una ciudadanía que ya no se conforma con explicaciones rancias sobre bloqueos y enemigos externos.

En la Cuba de hoy, la renuncia de una profesora con ética vale más que mil editoriales oficiales. Y a diferencia de los discursos prefabricados, su decisión sí quedará en la memoria como un acto verdadero de resistencia cívica.

¿Y ahora qué queda?

El tarifazo de ETECSA ha hecho más que encarecer la vida digital en Cuba. Ha sacado a flote las contradicciones del modelo cubano: un régimen que exige lealtad mientras entrega miseria; un sistema que dice ser del pueblo, pero actúa en su contra; una prensa que se jacta de informar, pero oculta y manipula, tal y cómo lo define el profesor Gustavo Arcos, según lo recogió la activista Masiel Rubio en un post publicado en sus redes sociales.

Alicia, los estudiantes que alzaron la voz, y hasta algunos militantes desilusionados que protestaron en Cubadebate, están marcando el rumbo de un nuevo lenguaje cívico. Uno que ya no se traga la “muela vieja y careada”, como dijo en redes la activista Lara Crofs, sino que exige respuestas reales.

Mientras tanto, Girón seguirá con sus fotos de universitarios jubilados y frases de cartón, pero el país real —el de los estudiantes, las profesoras decentes y los que no se callan— ya no les cree.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+