El Gobierno cubano declaró feriados los próximos 3 y 4 de enero en reconocimiento “al esfuerzo” realizado por una población marcada en 2024 por la escasez, la inflación, los apagones diarios y tres fuertes desastres naturales.
Así fue anunciado este 20 de diciembre en el último día del Cuarto Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular por el diputado José Amado Ricardo.
Según trascendió, el receso laboral, con pago de salario el viernes 3 y el sábado 4 de enero de 2025, fue establecido por el primer ministro, Manuel Marrero, a través del decreto ley 118 del 19 de diciembre.
De acuerdo con Ricardo, esta decisión se tomó “en reconocimiento al esfuerzo de nuestro pueblo, que durante el año 2024 ha enfrentado con desvelos situaciones adversas y ha demostrado su capacidad de resistencia, cumpliendo con extraordinaria dedicación y esfuerzo las tareas”.
🇨🇺El secretario de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, Homero Acosta Álvarez, presentó el punto sobre la ratificación de decretos leyes y acuerdos del Consejo de Estado.https://t.co/tWijgXNwyw
— Cubadebate (@cubadebatecu) December 20, 2024
Con este supuesto premio suman cuatro los días feriados al hilo, ya que también lo son el 1 y el 2 de enero, celebrados por el oficialismo como “El Día de la Liberación” y “El Día de la Victoria”. El 3 de enero de 2022 y el de 2024 también fueron declarados feriados.
Vale recordar que en el último trimestre los colapsos eléctricos obligaron a las autoridades a suspender las actividades laborales no esenciales en más de una ocasión, en todas ellas con la promesa de no afectar el pago a los trabajadores.
Este viernes, en la clausura de sesiones del Parlamento, el mandatario Miguel Díaz-Canel abordó “los enormes esfuerzos y los aún insuficientes resultados en la gestión presidencial” en este “año difícil”.
Como de costumbre, el gobernante se eximió de responsabilidad y señaló al embargo de Estados Unidos como el culpable de la involución económica y social que ha tenido el país que dirige.
Según Díaz-Canel, “la injusticia predominante en las relaciones económicas internacionales han convertido al mundo en un mercado de apuestas con escasas opciones para las naciones que, como Cuba, se niegan a aceptar la ley del más fuerte”.
