En 1990, titulares de todo el mundo siguieron de cerca el caso que llenó de horror a muchos en Estados Unidos: el brutal asesinato del magnate de la música José Menéndez y su esposa Kitty en su casa en Beverly Hills.
Los autores del crimen fueron nada menos que sus propios hijos, Lyle y Erik Menéndez, de 18 y 21 años en el momento de los hechos.
Recientemente, la serie de Netflix Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez ha reavivado el interés en el caso, captando la atención de celebridades estadounidenses como Kim Kardashian, quien incluso escribió un ensayo publicado en NBC News solicitando su liberación.
Durante el juicio, hace casi 30 años, la sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para los hermanos no sorprendió a casi nadie, y no parecía que hubiera posibilidad de cambio.
Sin embargo, el jueves 3 de octubre, la fiscalía de Los Ángeles anunció que revisará nuevas evidencias en el caso de los hermanos Menéndez, donde se incluye una carta que fue escrita por Erick a una prima donde describía los abusos.
Además, varios familiares de Lyle y Erik han pedido públicamente su liberación. “A medida que salían a la luz los detalles de los abusos sufridos por Lyle y Eric, quedaba claro que sus acciones, aunque trágicas, eran la respuesta desesperada de dos niños que intentaban sobrevivir a la crueldad indescriptible de su padre”, expresó su tía Joan VanderMolen, hermana de Kitty, en una declaración pública.
“Ya han pagado un precio muy alto, desechados por un sistema que no supo reconocer su dolor”, añadió en una rueda de prensa a la que asistieron varios familiares.
Sin embargo, no todos los miembros de la familia parecen estar de acuerdo. Milton Andersen, también hermano de Kitty Menéndez, cree que sus sobrinos deben permanecer en prisión, ya que considera que asesinaron a José y Kitty Menéndez por «codicia». Mediante su abogada, declaró que la condena impuesta a sus sobrinos fue “apropiada”.
