La presencia «médica cubana» en México ha tenido un impacto desigual en distintas regiones del país, y parecen vivir experiencias variopintas en dependencia de los lugares donde sea utilizada, y ni siquiera se salvan de ella los «aclamados» médicos cubanos.
En Aguascalientes, por ejemplo, la respuesta de la población a la vacuna cubana contra la COVID-19, Abdala, ha sido negativa, con una baja demanda que ha dejado las dosis prácticamente sin usar.
Rubén Galaviz Tristán, Secretario de Salud del estado, calificó la campaña de vacunación con Abdala como un fracaso, señalando que, aunque las vacunas están disponibles, la mayoría de las personas ha optado por no utilizarlas. Esto refleja la desconfianza hacia este biológico en la entidad, donde la ciudadanía ha preferido otras opciones de inmunización que se ofrecen en farmacias privadas bajo regulación sanitaria.
Galaviz también mencionó que las autoridades federales aún no han determinado el origen de las vacunas que se usarán para la campaña de vacunación de la temporada invernal, especialmente para combatir la influenza y el coronavirus.
A pesar de la disponibilidad de la vacuna Abdala, su baja aceptación ha evidenciado las dificultades en la implementación de esta medida en Aguascalientes, y es un dinero que se gastó el gobierno en comprarle las vacunas al Ministerio de Salud Cubano.
Por otro lado, en Veracruz, la situación es diferente; no respecto a la vacuna Abdala, sino a la presencia de médicos cubanos.
En el Hospital Regional IMSS-Bienestar «Valentín Gómez Farías» de Coatzacoalcos, la colaboración de los médicos cubanos ha sido bien recibida por la comunidad. Guadalupe Díaz del Castillo Flores, Secretaria de Salud de Veracruz, destacó la satisfacción de los pacientes con la atención proporcionada por estos especialistas.
La llegada de médicos cubanos ha sido vista como un refuerzo positivo para los servicios de salud del hospital, que atiende a una población de 1.6 millones de habitantes y sirve como referencia para 26 municipios del sur del estado.
La colaboración de los médicos cubanos en Veracruz se ha centrado en diversas especialidades, incluyendo pediatría, gastroenterología y oncología. Según Díaz del Castillo, los pacientes han valorado la «calidad y calidez» de la atención recibida.
Sin embargo, en el estado de Sonora, México, la atención médica por parte de especialistas cubanos ha generado controversias y desafíos logísticos.
Desde el 2 de octubre, un grupo de 23 médicos cubanos ha estado brindando servicios en un hospital aún en construcción en Guaymas, enfocado en atender a la población de la tribu yaqui, que cuenta con aproximadamente 47,000 habitantes. El proyecto, con una inversión de más de 26 millones de dólares, fue inicialmente prometido para ser terminado en septiembre, incluyendo quirófanos y 28 camas. Sin embargo, la obra sigue a medio terminar, señala un portal de noticias mexicano.
A pesar de las dificultades, los médicos cubanos, junto a nueve especialistas mexicanos, han continuado ofreciendo consultas de diversas especialidades, como oftalmología y pediatría, entre otras. Las consultas se realizan en un entorno complicado, donde los médicos deben adaptarse al ruido de las obras y a un catálogo limitado de medicamentos en la farmacia del hospital.
La situación ha sido particularmente difícil para la comunidad yaqui, que ha tenido que adaptarse a la comunicación con los médicos, quienes a menudo hablan de manera rápida, lo que dificulta la comprensión. A pesar de estas barreras, los pacientes han expresado agradecimiento por la atención brindada. Sin embargo, la falta de alojamiento adecuado para los médicos cubanos ha implicado que estos sean trasladados diariamente, ya que no pueden permanecer en el lugar durante la noche.
El compromiso del gobierno mexicano de concluir la construcción para diciembre ha sido cuestionado, especialmente considerando el ritmo actual de la obra.
Mientras tanto, los especialistas continúan ofreciendo sus servicios en un ambiente inacabado y bajo condiciones precarias. La situación también ha generado críticas sobre la eficiencia de la inversión y la utilidad real de este convenio entre México y Cuba, que ha implicado un gasto considerable para el país.
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