Tucker Carlson, un prestigioso analista que trabajaba para la cadena conservadora Fox News, ha destapado rumores sobre un posible cambio en la política hacia Cuba que se estaría gestando en el núcleo de la administración Trump.
“Lo que estamos haciendo no funciona”, dijo Carlson en una entrevista que se hizo viral entre la gran cantidad de seguidores que tiene en redes sociales. El comentarista también mantiene un amplio campo de influencia dentro del sector republicano.
“Hemos tenido un embargo sobre Cuba, la revolución fue en 1959. ¿Eso realmente ocurrió hace 66 años? Lo acabas de decir tú mismo, no ha funcionado…. Creo que necesitamos revaluar. ¿Las sanciones son realmente la respuesta?”, dijo.
El medio digital Cubanoticias 360 señaló que » su influencia, clave dentro del ecosistema republicano, fue interpretada como un ensayo mediático hacia una eventual decisión ejecutiva, aunque el secretario de Estado Marco Rubio, uno de los opositores históricos al deshielo, ya expresó su desacuerdo».
El portal CubaHerald apuntó por su parte que «la idea de modificar o incluso levantar parcialmente el embargo busca redefinir la política exterior estadounidense en América Latina, en un giro inesperado dentro de un segundo mandato de Trump».
Lo cierto es que el gobierno de Donald Trump se ha caracterizado por su pragmatismo sobre todo en cuanto a la posibilidad de alcanzar altos dividendos económicos con sus políticas y mantener de alguna forma la estabilidad en la región en que se mueven sus intereses. Ya se sabe que ha estado apoyando a Rusia, a pesar de fuertes criticas por mantener la guerra en Ucrania, y que autorizó recientemente a la compañía estadounidense Chevron a retomar sus operaciones en Venezuela, a pesar de la dictadura de Maduro.
En Cuba ha reforzado la mano dura contra el régimen pero a ciencia cierta no se conoce lo que pudiera ocurrir dentro de los próximos meses o años entre ambos países. Por otro lado el presidente estadounidense ha bajado la categoría en los privilegios de la comunidad cubana y ha deportado a cientos de ciudadanos de la isla o detenido a otros en la llamada prisión de los caimanes, «Alligator Alcatraz».
El gobierno cubano no ha hecho ningún comentario sobre el posible tema de un nuevo «deshielo» ni tampoco el gobierno republicano, que más allá de las sanciones no parece interesarse demasiado por el asunto cubano, mientras libra otros problemas domésticos o en la arena internacional que pueden repercutir directamente en sus intereses geopolíticos.
El «tema Cuba» ha quedado relegado al Secretario de Estado Marcos Rubio, de origen cubano y el mayor opositor a cualquier cambio que favorezca al gobierno de Díaz-Canel, pero todavía la flamante e imprevisible administración Trump podría tener guardada dos o tres cartas sobre la mesa con relación a Cuba. Lo único que habría que esperar es el dictado que tienen reflejado.





