La secuencia de violencia machista descrita por familiares, vecinos y activistas en redes sociales volvió a encender las alarmas este fin de semana y...
Mientras la familia de Yamila Zayas exige justicia y tres niñas quedan huérfanas, el intento de asesinato en la capital yumurina evidencia que la prevención temprana, las órdenes de protección, los canales de denuncia y la transparencia no pueden seguir esperando. Con 32 feminicidios verificados en 2025 y casos en curso como el de Matanzas, la urgencia es ineludible: proteger a las víctimas y cerrar el paso a la impunidad.
La opacidad informativa del régimen colisiona con su falta de rigor a la hora de informar y reconocer el feminicidio como delito. Un caso en Torriente, Jagüey Grande, no esclarecido, ni siquiera con la captura del presunto asesino.
Tamara Carreras, de 57 años, fue asesinada en pleno centro de la ciudad de Santiago de Cuba anoche. Yanisel Riverón Meriño, residente en una zona de la ciudad conocida como La Quinta, en Holguín, fue brutalmente agredida el pasado 12 de octubre.
Los feminicidios de Yadira Moreira Pernas y Yucleidis Morales no solo aumentan la alarmante cifra de asesinatos por violencia de género en Cuba, sino que también subrayan la necesidad urgente de que el gobierno tome medidas más drásticas y efectivas para prevenir estos crímenes. La creación de un registro de violencia machista, aunque es un avance, no es suficiente si no se implementan cambios estructurales que garanticen la protección de las mujeres en Cuba y se aborden las raíces profundas de esta problemática social. Las vidas de estas mujeres, y las de muchas otras, dependen de una acción inmediata y contundente.
La evaluación ante el CEDAW, señala Diario de Cuba, brinda un espacio para que las activistas expongan la situación real de las mujeres en Cuba y presionen al régimen para tomar medidas concretas contra la violencia de género y la represión política, a pesar de los obstáculos que enfrentan de las organizaciones controladas por el gobierno.
Se espera que esta iniciativa no sea solo una respuesta superficial a las presiones internas y externas, sino un verdadero avance hacia la erradicación de la violencia de género en la isla.
El reciente asesinato de una mujer en Santiago de Cuba pone de relieve la necesidad urgente de continuar con los esfuerzos en materia de lucha contra la violencia de género.
El crimen tuvo lugar en un batey llamado Hatuey, en Sibanicú, un lugar que ahora queda marcado por este acto de violencia. Posteriormente a cometer el asesinato, Rafael Díaz Estrada se entregó a las autoridades, aunque esto de poco consuelo sirve a la familia y amigos de Yudeisy Pedroza, quienes ahora deben enfrentar la pérdida de un ser querido en circunstancias extremadamente dolorosas.