La presencia de Taylor Swift en el Super Bowl LIX no solo destacó por su lujoso atuendo, sino también por las reacciones que provocó entre los aficionados y las figuras públicas. A pesar de los abucheos, Swift mantuvo la compostura y contó con el respaldo de amigos y colegas, demostrando una vez más su influencia y relevancia en la cultura popular actual.
Lupita Nyong’o deslumbró con un vestido de Armani Privé que capturó todas las miradas, mientras que Gabrielle Union optó por un número deslumbrante de Carolina Herrera, demostrando que el brillo y los destellos nunca pasan de moda en la alfombra roja.
El vestido se convirtió en un fenómeno cultural y, a menudo, se cita como uno de los momentos más memorables de la historia en la alfombra roja; y ayudó a consolidar el estatus de López como ícono de la moda.