La batalla legal de Drake contra su discográfica por “Not Like Us” termina —por ahora— en punto muerto. El fallo refuerza una máxima que los juristas repiten cuando el rap entra a los tribunales: el contexto importa. Y en un campo donde la exageración, el “trash talk” y las metáforas son parte del juego, no todo insulto rimado es difamación.
Parece que las aguas estaban demasiado calmadas en la escena urbana cubana, hasta que se desató una nueva polémica entre dos representantes del género.