En la Francia capitalista, un inmigrante arriesga su vida para salvar a un niño y el presidente se reúne con él. En Guantánamo, tres jóvenes salvan decenas de vidas, y Díaz-Canel, ni el PCC se dan por enterados.
imágenes y videos de familias atrapadas en los techos de sus viviendas en San Antonio del Sur y otras localidades de Guantánamo muestran los difíciles momentos vividos mientras esperaban ser rescatadas en medio de las severas inundaciones.
A medida que los esfuerzos de rescate se ven obstaculizados por el clima, Baracoa continúa bajo el acecho de la lluvia, mientras las autoridades y voluntarios luchan por llegar a aquellos que permanecen atrapados en las montañas.
La población afectada se enfrenta a una realidad compleja, en la que la ayuda humanitaria llega con limitaciones y en condiciones que evidencian las carencias estructurales de la isla para gestionar crisis de gran magnitud
La diferencia de trato entre los difusores de rumores y las autoridades refleja, según los testimonios, una falta de justicia y responsabilidad en la respuesta ante el desastre. Los ciudadanos, en redes sociales, han expresado su indignación, ya que mientras los propagadores de “noticias falsas” serán investigados, los encargados de la protección civil, como aquel que dejó solo a los 29 niños en una escuela, en un hecho que el gobernante designado a dedo dijo que investigaría, no enfrentarán ninguna consecuencia.
Miguel Díaz-Canel, en un mensaje a la nación, expresó su preocupación por la situación y reiteró el compromiso del gobierno de "no dejar a nadie atrás". Sin embargo, los familiares de los desaparecidos continúan esperando noticias.
La demora en la investigación - han pasado ya 72 hrs desde que el joven denunciara el abandono de los 29 niños - ha suscitado sospechas entre los cubanos, que están plenamente conscientes de que la Seguridad del Estado podría intervenir para manipular el relato del joven.
Lo que se aprecia en Imías es, como diría el familiar de unos residentes en la zona, "un campo de guerra". El río, en su crecida, parece haberse llevado todo a su paso. Las intensas lluvias y la fuerza de las aguas en su arrastre, provocaron movimientos de tierra y deslaves, según se puede apreciar en las imágenes.
Oscar impactó en Cuba como un huracán de categoría 1, pero la lentitud de su paso y la acumulación de lluvias causaron un aumento inesperado de los caudales de agua, que llevaron al desbordamiento del embalse Los Asientos.
Ambos, dijo una fuente cercana a la activista, están deshidratados, tras varios días sin agua potable y sin comida. El hermano de Lara, Walter Lafita, de 55 años de edad, presenta una doble factura en una de las piernas, pero al igual que su hijo, Marcos Lafita, ¡está vivo! La activista, debido a la hora en que fue avisada, no ha posteado nada aún en sus redes sociales.