José Miguel Pérez-Molina, venezolano de 39 años, fue acusado de conducta lasciva hacia un menor de 16 años, según un informe de arresto de la policía de Sunny Isles Beach.
Más allá de las versiones y los juicios inmediatos, el caso refleja una grieta más profunda. La combinación de marginalidad, descomposición social y respuestas institucionales torpes parece empujar a los más jóvenes a los bordes de la violencia, mientras el Estado responde desde la represión y no desde la prevención.