La sala de Luz y Oficios, en la esquina de Oficios 362 y Luz, sirve de sede a un proyecto que los curadores Nelson Herrera Ysla y Andrés Isaac Santana describen como una lectura de la obra de Mirabal desde el “objeto simbólico” y lo cotidiano, con humor, memoria histórica y una mirada a las relaciones de poder del presente.
Más allá del debate ético, la muerte de las Kessler marca el cierre de una era. Fueron pioneras de la televisión europea, impulsaron una estética de espectáculo que marcó generaciones y, hasta sus últimos días, siguieron siendo referentes culturales. Su final conjunto, tan meticulosamente planeado como muchas de sus coreografías, deja tras sí una mezcla de admiración, nostalgia y preguntas difíciles sobre autonomía, envejecimiento y dignidad.
La confirmación del portazo no tardó en llegar por la vía periodística. Medios independientes informaron que las autoridades culturales prohibieron la gala en FAC para homenajear a Celia por sus cien años, un acto que tenía respaldo artístico y sentido histórico, y cuya cancelación desnuda la continuidad de una práctica que el país finge haber superado: la del llamado Quinquenio Gris.
Por ahora, no hay calendario oficial ni normativa publicada, y los estudios han evitado declaraciones extensas, a la espera de claridad sobre la base legal. Si el gobierno concreta el arancel, se avecina un choque comercial y jurídico que podría reconfigurar la economía del cine y encarecer la oferta para el público en ambos lados de la pantalla.
desde 2016, cuando Gastronomía entregó el inmueble a Artes Escénicas, el lugar NUNCA recibió mantenimiento constructivo. Nueve años después, las humedades en techo y paredes, el moho del agua filtrada y el desgaste del mobiliario cuentan mejor que nadie lo que ocurrió en el ínterin.
Ferrante puede que no se crea lo que dijo. Puede que ni siquiera lo haya dicho de verdad. Pero lo lanzó, lo puso en circulación, y obtuvo exactamente lo que buscaba: atención. Y mientras la memoria de Celia Cruz y Benny Moré queda al margen de este juego, convertida en moneda de cambio para ganar minutos de tendencia, seguimos viendo cómo la música cubana se convierte, demasiadas veces, en escenario de batallas que poco tienen que ver con su valor artístico y mucho con la capacidad de generar ruido en un mundo donde el ruido es poder.
Sin embargo, ahí está el tuit: la autoproclamada “primera combatiente” y nunca Primera Dama del régimen cubano anunciando, con entusiasmo impostado, que Israel Rojas estará en su aula del ISA, como figura destacada para consolidar “la academia como lugar para debate en torno a las Industrias Culturales”. Sí, ¡quién lo iba a decir! Lis Cuesta, tiene un aula en el ISA.
La comunidad artística de Miami se prepara para celebrar a Lourdes López, cuyo nombre quedará indisolublemente ligado a la historia del ballet en la ciudad y cuyo legado servirá como estímulo para futuras generaciones.
Sí, la cultura cubana, reconocida por su riqueza y diversidad, enfrenta actualmente un preocupante abandono que va más allá de los eventos oficiales, las fanfarrias y las imágenes promocionales en la prensa
Esta decisión sirve además como un recordatorio de la importancia de preservar nuestra herencia cultural frente a las presiones del desarrollo moderno