A 124 millas por hora, un automóvil recorre más de 55 metros por segundo, es decir, la longitud de media cancha de fútbol en un parpadeo.
El impacto, a esa velocidad, equivale a caer desde un edificio de 20 pisos o a recibir el golpe de una masa de varias toneladas moviéndose a toda potencia. Un peatón alcanzado por un vehículo a 124 mph no tendría posibilidad de supervivencia: el cuerpo sería proyectado con una energía superior a los 200 kilonewtons, suficiente para desintegrar huesos y órganos en el primer contacto.
La muerte de Adalberto Armas Hernández y de Eriel Mirabal Machado son dos historias distintas unidas por una misma tragedia: el tránsito en Cuba, convertido en amenaza latente para cualquiera. Cada choque abre no solo heridas en las víctimas directas, sino también grietas en la confianza de una sociedad que siente que puede perder a un ser querido en cualquier viaje corto.
Que un “sujeto muy peligroso” esté suelto y que un directivo “con un muerto encima” también lo esté son, por supuesto, planos distintos del delito. Existe una gran diferencia entre una alerta de “peligrosidad” y un siniestro vial donde se ve involucrado un dirigente, aunque no se trate de un dirigente cualquiera: en este caso estamos hablando del Jefe de Combustible de una corporación poderosísima, que le debe haber hecho favores - entiéndase que son favores relacionados con autos, viajes y combustible - a muchísimas personas influyentes en la provincia. Un hombre de bien, que seguramente ni escapará del país, pero que tiene recursos para hacerlo.
Las muertes de Ania y Roly no son hechos aislados. Forman parte de una cadena de accidentes que, según cifras no oficiales compartidas en grupos de Facebook, han ido en aumento en lo que va de año. El mal estado de las carreteras, la escasa señalización, la circulación de vehículos sin condiciones técnicas, y la imprudencia —tanto de peatones como de conductores— crean un cóctel letal que se cobra vidas semana tras semana.
Serguey Castillo tenía toda la vida por delante. En su ausencia, queda una comunidad herida y una memoria colectiva que se niega a dejarlo ir. Como escribió uno de sus amigos: “La vida nos separó, pero nos volveremos a encontrar. Éramos de los buenos”.
La muerte de esta mujer de origen hispano vuelve a poner en la mira el grave problema de los atropellos con fuga en Florida, y la urgente necesidad de reforzar tanto la educación vial como las medidas de control y vigilancia en las calles de Miami. Mientras el responsable sigue prófugo, la comunidad espera respuestas, justicia y un cambio real que prevenga nuevas tragedias como esta.
La noticia se ha difundido a través de redes sociales, donde se compartió la imagen de su carné de identidad cubano con la esperanza de contactar a sus familiares en Cuba. Seijo Rojas, oriundo de Camagüey, había emigrado a Surinam en busca de mejores condiciones de vida.
Según testimonios compartidos en redes sociales, el lamentable suceso tuvo lugar cuando "El Kisley" impactó por detrás a una guagua (ómnibus) del Ministerio del Interior (MININT). La violencia del choque fue tal que testigos que pasaron por la zona poco después del siniestro no podían creer la magnitud del daño.
El cantante y compositor estadounidense Austin Agustín Santos, conocido artísticamente como Arcángel, atraviesa nuevamente un momento extremadamente difícil: la sentencia de la mujer responsable de la muerte de su hermano.
Estos trágicos sucesos ponen de manifiesto las continuas fallas en la seguridad vial en la isla. Según la Comisión Nacional de Seguridad Vial, las principales causas de los accidentes son las infracciones de los conductores, el mal estado de las carreteras y la antigüedad del parque automotor, que tiene entre 40 y 70 años de uso. Aunque el número de accidentes y muertes disminuyó ligeramente en 2024, el panorama sigue siendo alarmante.
El suceso, que ha generado conmoción en redes sociales, ha sido descrito como un recordatorio de los peligros que implica la poca visibilidad en las carreteras cubanas, especialmente en puntos críticos como la circunvalación de Camagüey. Diversos usuarios han denunciado en plataformas como Facebook la falta de señalización e iluminación en esta zona, factores que podrían haber prevenido esta tragedia.
Estos casos reflejan una tendencia preocupante en la comunidad, donde algunos individuos recurren a actividades ilícitas para obtener ganancias rápidas, afectando no solo a las compañías de seguros, sino también a los consumidores honestos que enfrentan primas más altas como resultado de estos fraudes.