“Preferiría estar muerto y destruido antes que traicionar a ese Martí que lo dio todo para evitar que Estados Unidos se apoderara de Cuba y Puerto Rico”, señaló Silvio Rodríguez.
En una entrevista reciente con OnCuba News, el trovador cubano Silvio Rodríguez ofreció un conjunto de reflexiones que revelan tanto fidelidad a sus ideales como conciencia crítica sobre errores del pasado. Una de sus declaraciones más comentadas fue: “No me considero un enemigo de los Estados Unidos”, una frase que, en su voz, adquiere una dimensión política particular.
Silvio explicó que decidió volver a publicar en su blog la letra de su canción “El Necio” (1991) con la frase “Perdonen la insistencia” como forma de dejar claro que, a pesar del paso del tiempo y de sus posturas autocríticas, su esencia política se mantiene. Según dijo, muchos interpretan la autocrítica como claudicación, y en el intento de proteger el proyecto revolucionario, él mismo —como otros— ha entregado el derecho a criticar a los adversarios ideológicos. “Fue un error político por el que estamos pagando caro”, sentenció. También recordó la “Ofensiva Revolucionaria” de 1968 como un gran desacierto económico cuyas consecuencias aún se sienten en la Cuba actual.
Con la misma contundencia con la que reconoce fallos, reafirmó su fidelidad a los ideales de soberanía que defendió José Martí: “Preferiría estar muerto y destruido antes que traicionar a ese Martí que lo dio todo para evitar que Estados Unidos se apoderara de Cuba y Puerto Rico”. No obstante, matizó su postura con una distinción clara: “He conocido a muchas personas buenas en Estados Unidos que no tienen nada que ver con la política imperial abusiva”.
Sobre el caos informativo contemporáneo, Silvio Rodríguez expresó su preocupación por la dificultad de acceder a la verdad en un mundo saturado de voces, bulos y manipulación. “Ya lo advertí en ‘Alabanzas’”, dijo, “la voz de las antenas reemplazaría a los dioses y entraríamos en un nuevo Medioevo”.
En cuanto a su blog, Segunda Cita, Silvio Rodríguez explicó que atraviesa una tercera etapa: más pausada, sin foro de debate, en la que solo publica lo que piensa. “Extraño la etapa de los intercambios, pero no puedo más”, confesó.
Finalmente, sobre el presente de Cuba, fue claro en su entrevista con el medio que una vez fue vanguardia dentro del periodismo independiente y digital cubano: “Es una nación joven aún marcada por formas de dependencia impuestas, deformada por siglos de resistencia, y presionada por una potencia vecina que ha intentado absorberla durante casi dos siglos”.
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