La llegada de Donald Trump al poder ha generado inquietud entre los cubanos con I-220A debido a posibles cambios en las políticas migratorias.
No obstante, expertos en inmigración sugieren que es poco probable que se produzcan deportaciones masivas y recomiendan a los afectados buscar asesoría legal para explorar opciones que les permitan regularizar su estatus migratorio.
La inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha desatado una ola de incertidumbre entre los cubanos; entre los que están los ya beneficiados por el Parole humanitario que ya están dentro de los EE.UU., y entre aquellos que están fuera esperando entrar.
La preocupación no es para menos: el expresidente ha prometido endurecer las políticas migratorias desde el primer día de su mandato, incluyendo la eliminación de programas como el Parole humanitario y CBP One. ¿Qué significaría esto para los cubanos amparados bajo estos esquemas?
El Parole humanitario, implementado en enero de 2023, permitió la entrada mensual de hasta 30,000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
A pesar de su popularidad, las estadísticas más recientes revelan una drástica caída en el número de cubanos admitidos. Durante septiembre de 2024, solo 300 ingresaron bajo este programa, lo que marca un claro retroceso respecto a los meses iniciales.
El ritmo de procesamiento ha disminuido notablemente debido a un escrutinio más exhaustivo y al requisito presencial de huellas dactilares para los patrocinadores, pues algunos de estos ya incluso habían fallecido, y otras personas estaban usando sus números de Seguro Social.
Sin embargo, aunque Trump ha insinuado que deportaría a beneficiarios de programas como el Parole humanitario, los expertos coinciden en que este proceso sería legalmente complicado y económicamente inviable. Según las leyes migratorias, quienes ya han sido admitidos en Estados Unidos tienen derecho a un proceso legal antes de ser deportados, y esto requiere audiencias en todas las cortes del sistema.
A la par de eso circula el rumor de que aquellos que poseen un I-220A y que llevan menos de dos años en los EE.UU., podrían ser deportados.
Cubanos con I-220A: la otra parte que teme por su futuro
La reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha generado también preocupación entre los inmigrantes cubanos que poseen el formulario I-220A, conocido como «Orden de Libertad Bajo Palabra». Este documento permite a los inmigrantes permanecer en el país mientras se resuelve su situación migratoria, pero no les otorga un estatus legal definitivo.
Durante su campaña, Trump prometió implementar políticas migratorias más estrictas, incluyendo deportaciones masivas y la cancelación de programas de acogida. Aunque la implementación de estas medidas enfrenta desafíos logísticos y legales, la incertidumbre ha aumentado entre los cubanos con I-220A. Muchos temen que, con la nueva administración, su situación se complique y puedan enfrentar procesos de deportación, tal y como señala en una nota el diario español El País.
Sin embargo, algunos abogados de inmigración han enviado mensajes de tranquilidad a esta comunidad. El abogado Wilfredo Allen, por ejemplo, ha expresado que no le preocupan los casos de cubanos con I-220A y anticipa que «seguramente todos van a ser legalizados».
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Es importante destacar que, aunque el I-220A permite a los inmigrantes permanecer en Estados Unidos, no es considerado un «parole» a efectos de la Ley de Ajuste Cubano. Esto significa que, bajo las regulaciones actuales, los poseedores de este formulario no son elegibles para solicitar la residencia permanente a través de dicha ley.
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Sin embargo, el verdadero problema radica en aquellos cuyos permisos de residencia temporal expiren y no hayan encontrado una vía para legalizar su estatus. Para los cubanos, el ajuste de estatus bajo la Ley de Ajuste Cubano sigue siendo una opción viable, pero para haitianos, venezolanos y nicaragüenses, el panorama es más sombrío. Sin documentos válidos, podrían enfrentar dificultades significativas; entre ellas, la deportación.
A pesar de que los cubanos la tienen «en la mano», con la posibilidad de ajustar su status migratorio bajo la Ley de Ajuste Cubano, hay una comunidad dividida entre el miedo y la esperanza.
El anuncio de Trump ha revelado divisiones dentro de la comunidad cubana en Estados Unidos. Algunos, recién llegados y beneficiados por estos programas, respaldan sus propuestas de mano dura, una postura que otros consideran hipócrita; mientras la mayoría intenta prepararse para cualquier eventualidad. ¿Qué hacer ante la incertidumbre?
Para quienes están bajo el Parole humanitario, el consejo es claro: buscar vías legales para extender su estancia o ajustar su estatus. Solicitar asilo, si cumplen los requisitos, podría ser una opción, aunque el sistema migratorio está saturado y los tiempos de espera son prolongados. También se recomienda mantenerse informados a través de fuentes oficiales para evitar decisiones precipitadas basadas en rumores.
En un escenario de cambio político, la comunidad cubana debe estar preparada para enfrentar nuevos retos, pero también puede confiar en que las vías legales y los procesos establecidos siguen siendo su mejor defensa contra la incertidumbre, y en la Florida hay miles de abogados conocedores de cómo funciona el sistema específicamente para los cubanos, que pueden ayudarle.
Esta afirmación no es gratuita. Hay casos de cubanos que han llegado a los EE.UU., cruzando por la frontera, no «han bajado hacia la Florida», y se han tenido que enfrentar a un proceso de asilo engorroso, citados por abogados, jueces y funcionarios que incluso desconocen la existencia de la Ley de Ajuste Cubano.
Otro efecto de la llegada de Trump. Colas en las agencias de envíos: ¿paranoia o previsión?
Agencias de envíos en el sur de la Florida principalmente han reportado un incremento en las solicitudes de envíos de plantas eléctricas, alimentos y medicamentos, como si se tratara de un último intento de garantizar el sustento de sus familias en la Isla, señala el portal 14ymedio.
Este incremento inusual de clientes, con gente esperando horas, no se debe solo a la cercanía de las fiestas navideñas, y el interés por parte del exilio cubano de enviar un regalo a los suyos en la isla, sino también a un temor colectivo: la llegada de Trump podría complicar los envíos de paquetes y divisas a la Isla.
Aunque hasta ahora no hay evidencia concreta que respalde estas preocupaciones, el temor no parece infundado del todo, considerando que el expresidente, en su mandato anterior, prohibió los vuelos de las agencias comerciales estadounidenses y el de los vuelos charters a las provincias del interior de la isla.
