Con su estilo directo y sin pelos en la lengua, la cantante cubana Seidy La Niña volvió a ser noticia, esta vez no por su música ni por una polémica, sino por las cifras que reveló desde su cuenta de Instagram. La artista compartió sin filtros cuánto ha generado en OnlyFans desde que abrió su perfil en la popular plataforma de contenido exclusivo: nada menos que 166.666,66 dólares en apenas mes y medio.
En el video que publicó en sus redes, se la ve mostrando una captura de pantalla con los ingresos acumulados. La intención era clara: desmentir los comentarios que han circulado en torno a su supuesto fracaso económico en esta nueva faceta. “Para esas personas que andan especulando de que me va mal, que no he hecho dinero en OnlyFans, que todo fue una mentira, aquí tienen la prueba”, dijo, dirigiéndose con firmeza a sus críticos.
Pero lo que más llamó la atención, más allá del número exacto que parece sacado de una película, fue la forma en que Seidy decidió acompañar la noticia: con una imagen donde aparece recostada sobre montones de billetes, enviando un mensaje claro a quienes dudaban de su éxito. Con tono sarcástico, añadió: “Tengo que pagar mi renta, mis billes, mi música, tengo que pagarlo todo. Dios me va a perdonar a mí por hacer este dinero en un mes y medio, me voy al infierno, pero rica”.
La cantante, que desde hace años cultiva una imagen poderosa y sin miedo a las controversias, no ha ocultado que monetizar su contenido fue una decisión estratégica en un momento donde la industria musical no garantiza estabilidad financiera, especialmente para artistas independientes. En ese sentido, su ingreso a OnlyFans no es solo una jugada personal, sino también parte de una tendencia creciente entre figuras del entretenimiento, muchas de ellas latinas, que encuentran en esta vía una forma directa de conectar con su público y generar ingresos sin intermediarios.
Para muchos cubanos, tanto en la isla como en el exterior, la noticia de Seidy no es solo un dato curioso o escandaloso, sino también un reflejo de los nuevos tiempos. La generación que creció viendo videoclips en Lucas o escuchando música urbana bajo el sol del Malecón ahora sigue a sus artistas favoritos en plataformas globales, donde las reglas del juego son otras, y el éxito puede medirse en likes, suscripciones… o fajos de dólares.
Este momento viral confirma lo que muchos seguidores de Seidy ya sabían: que la artista no se deja encasillar ni por los prejuicios ni por las estructuras tradicionales del show business. En un mundo donde la autenticidad vende más que cualquier pose fabricada, su estrategia parece estar dando frutos (y billetes).





