El artista cubano de reparto conocido como Mucho Mosty, radicado en Estados Unidos, compartió en redes sociales la amarga experiencia de haber sido víctima de un robo en el corazón de La Habana. Según relató en un video publicado en sus perfiles de Facebook e Instagram, dejó estacionado su carro cerca del bulevar de Obispo, en Habana Vieja, y al regresar poco más de una hora después encontró la ventanilla destrozada y el vehículo completamente vacío.
“Salí una hora y media por ahí, más o menos, un momentico, y cuando regreso le habían dado un golpe a la ventanilla y se llevaron todo lo que estaba adentro”, explicó el artista mientras mostraba los daños.
Entre los objetos sustraídos se encontraban artículos personales y equipos profesionales que pertenecían al director de video con quien colabora habitualmente. “Se llevaron par de accesorios del director de video mío, lentes, cosas de valor”, señaló. De acuerdo con su estimación, la pérdida asciende a más de 700 dólares.
En medio de la conmoción inicial, Mucho Mosty llegó a mencionar que había perdido su residencia de Estados Unidos, donde radica. Sin embargo, horas más tarde aclaró a través de una historia en Instagram que sus documentos no estaban entre lo robado. Precisó que únicamente desaparecieron dinero en efectivo y los artículos técnicos mencionados en su denuncia original.
Ante la magnitud del perjuicio, decidió ofrecer una recompensa a cualquiera que pueda aportar información para recuperar las pertenencias. En su mensaje incluyó además un número de contacto directo, un gesto que refleja la urgencia de dar con los objetos sustraídos.
Lo que más sorprende del incidente es el lugar en que ocurrió. El automóvil se encontraba estacionado frente a la entrada trasera del Capitolio de La Habana, sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular tras su restauración en 2019. La zona, generalmente custodiada por efectivos policiales debido a su relevancia política, es considerada una de las áreas más vigiladas de la ciudad.
La denuncia de Mucho Mosty ha circulado con rapidez en las redes sociales, generando indignación y debate entre sus seguidores, tanto dentro de la isla como en la diáspora. Algunos usuarios han expresado solidaridad con el artista y su equipo, mientras otros han cuestionado la seguridad en espacios donde se supone debería primar el control.
Este episodio deja a la vista una paradoja: un robo ejecutado con total impunidad justo en un punto emblemático de La Habana, símbolo de poder y autoridad. El caso de Mucho Mosty pone sobre la mesa preguntas incómodas sobre la vulnerabilidad ciudadana y el alcance real de la vigilancia en sitios considerados estratégicos.
Más allá de la pérdida económica, el hecho refleja una sensación de desprotección que muchos cubanos reconocen como parte de su día a día. Y aunque el artista aún mantiene la esperanza de recuperar lo sustraído gracias a su llamado público, lo cierto es que la escena que narró parece sacada de un guion con más sombras que certezas.
