La crisis energética en Cuba ha provocado una ola de descontento social que ha culminado en protestas en varias regiones del país.
Los prolongados apagones y la falta de soluciones por parte del gobierno han generado un malestar generalizado, que se ha expresado en focalizadas manifestaciones, especialmente en Santiago de Cuba, La Habana y otras ciudades del oriente cubano.
Las manifestaciones se producen en un contexto de creciente tensión social y económica. Los apagones prolongados, debido a la caída del Sistema Electroenergético Nacional, han afectado todos los aspectos de la vida cotidiana: desde la refrigeración de alimentos hasta el funcionamiento de hospitales y escuelas.
Las interrupciones en el suministro de agua potable y las largas filas para obtener comprar, por ejemplo, balitas de gas, han añadido más frustración a una población ya agotada por la crisis. En las redes sociales, los cubanos han expresado su indignación ante lo que perciben como una gestión ineficaz del gobierno.
En Jaimanitas, por ejemplo, el sábado, medio poblado salió a la calle a cocinar con leña. En medio de la desesperación y la frustración, un individuo agarró una cazuela y comenzó a dar cacerolazos en señal del protesta. De inmediato se personó «la respuesta». Varias camionetas «del estado» y autos del MININT se personaron en el lugar para reprimir al manifestante que, curiosamente y de manera desafortunada para él, no encontró apoyo en el resto de sus vecinos.
Atrincherado en su casa, pudo escapar de la golpiza que presuntamente venían a darle, mientras el presidente del CDR le imploraba que se calmara y colaborara con ellos, al tiempo que le recordaba como él «lo autorizó» a que pusiera una acometida de agua en la calle, algo que está prohibido hacer.
«Yo te ayudé, ayúdanos tú a nosotros ahora y cálmate,» le decía, según refirió a Cuballama Noticias un testigo de los hechos.
En varias localidades de La Habana las autoridades que fueron informadas de protestas locales, optaron por la estrategia de ponerles la corriente a los manifestantes. Una vez aplacados los ánimos, el servicio eléctrico volvió a ser interrumpido. Así sucedió en el Reparto Camilo Cienfuegos, de La Habana del Este.
En Marianao, al menos – según reportes no oficiales – hubo manifestación en la zona de El Palo (Zamora) y ante el despliegue militarizado la gente se dispersó. Los habitantes de la zona estuvieron desde el viernes en la mañana hasta hoy lunes a las 2:45am, sin electricidad, sin conexión, sin datos móviles y sin agua. Muchísima gente, además, no tenía siquiera gas para cocinar.
También hubo protestas en el Municipio de Diez de Octubre, Centro Habana, y según cifras no oficiales, hay cerca de 63 detenidos en La Habana, en total.
Los manifestantes exigían no solo la restauración del servicio eléctrico, sino también «Libertad» y hubo gritos de «Abajo la Dictadura», según videos divulgados por la periodista cubana residente en Madrid, Luz Escobar.
El malestar también se sintió en localidades del interior del país como Manicaragua, en Villa Clara, según imágenes que compartieron en sus redes sociales el periodista Mario J. Pentón y el activista Saúl Manuel; aunque, a fuerza de ser sinceros, la «protesta» lucía más como un divertimento – una conga – que una protesta en sí.
En Santiago de Cuba, una de las ciudades más afectadas, las manifestaciones comenzaron de manera pacífica. Según informes no oficiales, las fuerzas del orden arrestaron a varias personas.
El gobierno cubano ha respondido a las protestas con una combinación de promesas de soluciones a largo plazo y culpas al «bloqueo».
En una intervención televisada, el presidente Miguel Díaz-Canel reconoció las dificultades que enfrenta el país pero reafirmó su compromiso con la Revolución y culpó al embargo estadounidense de los problemas energéticos. Díaz-Canel también advirtió que no se tolerarían actos de «vandalismo» o intentos de «desestabilizar» el país, y que las fuerzas de seguridad actuarían con firmeza
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Algunos grupos de la diáspora cubana en Miami también han expresado su apoyo a las protestas. Sin embargo, la censura en los medios estatales y la interrupción del acceso a Internet y los apagones que en algunos lugares han superado las 60 horas, han dificultado la difusión de información dentro de Cuba.
La situación actual se asemeja en magnitud e incluso pudiera ser peor, a aquellas que desencadenaron las protestas del 11 de julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles en la mayor manifestación antigubernamental en décadas.
Aunque las protestas actuales no han alcanzado la misma magnitud, representan un creciente descontento con la gestión del gobierno, que parece incapaz de ofrecer soluciones efectivas a la crisis energética.
Con la llegada del huracán Oscar, la situación podría empeorar en el Oriente, ya que se espera que las condiciones climáticas agraven los problemas de infraestructura eléctrica en el país.
