Una ola de solidaridad se ha desatado en Miami tras conocerse el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda que afecta al pequeño Andrew López, un peloterito de origen cubano, de diez años de edad.
Conocido por su carácter amable, su constancia en el campo y su brazo firme desde el montículo, este niño, todo un apasionado del béisbol, nieto de cubanos, y jugador del equipo OTB, ha tenido que dejar temporalmente su lugar en el equipo para enfrentar un rival mucho más difícil que cualquier oponente que haya conocido: el cáncer.
Desde hace unos días, Andrew recibe quimioterapia intensiva, y aunque la batalla es larga, no está solo. Sus entrenadores, amigos y familiares han iniciado una campaña en la plataforma GoFundMe para recaudar fondos que ayuden a cubrir los altos costos del tratamiento y los gastos cotidianos que enfrentan sus padres.
“La familia OTB está con el corazón en la mano. Nuestro #16 está pasando por esto y lo único que queremos es verlo de regreso en el campo, saludable y sonriendo”, escribió el equipo en su cuenta de Instagram, junto a una foto del niño en uniforme. Un niño que es un prospecto del pitcheo, ganador de un premio Cy Young en el 2023.
La publicación ha generado una ola de comentarios de apoyo a este peloterito de origen cubano, incluyendo mensajes de otros niños sobrevivientes de leucemia que han vuelto a jugar. “¡Tú puedes, Andrew! Yo pasé por lo mismo y ya estoy de vuelta en el terreno”, dice uno de los mensajes más emotivos.
Un apoyo que se traduce en cifras. De los 50 mil dólares que se pidieron originalmente en la campaña, ya se han recogido $47 mil, gracias a 674 donaciones, hechas por amigos, familiares, padres de amiguitos en el equipo de béisbol y de la escuela.
Aunque Andrew nació en Estados Unidos, sus raíces cubanas corren fuertes por sus venas gracias a sus abuelos. Hoy, tanto la comunidad latina como la deportiva se han unido en oración y acción para respaldarlo.
El enlace a la campaña está disponible en el perfil de Instagram del equipo (@otb.baseball). Cada donación, por pequeña que sea, suma en esta carrera por la vida. Porque si algo ha demostrado Andrew, es que en el béisbol —y en la vida— se juega con corazón.
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