Jewel Shuping, una mujer de 30 años de Carolina del Norte, llevó a cabo un acto extremo para cumplir su extraño deseo de ser ciega, según reveló recientemente a medios estadounidenses.
«Me quede ciega a propósito, pero no creo que fuera una elección», dijo Shuping, quien desde pequeña sentía una poderosa obsesión por perder la vista, y a los 21 años decidió tomar medidas drásticas, indica un reporte de la revista People.
La joven afirma que consiguió que un psicólogo le vertiera en los ojos gotas de una sustancia para para limpiar drenajes, luego esperó cerca de 30 minutos antes de buscar atención médica.
Con el tiempo, Shuping fue perdiendo gradualmente la visión y ahora afirma estar casi completamente ciega.
«Realmente siento que esta es la forma en que se suponía que debía nacer, que debería haber estado ciego desde el nacimiento», asegura la mujer.
Shuping padece un trastorno de identidad de integridad corporal (BIID, por sus siglas en inglés), una condición rara en la que las personas con un cuerpo sano creen que deben tener una discapacidad.
Desde temprana edad la joven fantaseaba con la idea de ser ciega y sentía comodidad al pensar en ello, incluso adquirió un bastón blanco durante su adolescencia y logró leer Braille con fluidez a los 20 años, de acuerdo con la fuente.
Su historia ha provocado una gran conmoción en el público estadounidense, que en su mayoría cuestiona la ética del psicólogo de Shuping, por acceder a asistirla en un procedimiento extremo, doloroso y de consecuencias irreversibles.
Ella entiende que su historia provoque enfado a mucha gente y aunque su decisión de autolesionarse le ha provocado serios problemas son su madre y su hermana, afirma no sentir arrepentimiento alguno.
Asegura sentirse más feliz que nunca pero, lógicamente, pide a las personas que padecen trastorno de identidad de integridad corporal como ella que busquen ayuda profesional y no se provoquen daños.
«No te quedes ciega como yo lo hice. Sé que sientes esa necesidad, pero tal vez algún día haya tratamiento para ello», dijo Shuping, que se ha negado a revelar la identidad del psicólogo que supuestamente la ayudó.
