La conmovedora historia de Marielys Pérez, madre de una niña hospitalizada en Pinar del Río, ha tocado profundamente a quienes la han conocido a través de las redes sociales. Enfrentando una dura batalla económica y emocional, esta madre decidió vender su cabello para cubrir los gastos médicos de su hija Ahittana, de dos años, quien sufre encefalopatía epiléptica de Lennox-Gastaut, una enfermedad severa que requiere atención especializada.
La pequeña lleva más de un año hospitalizada, lo que ha implicado un sacrificio constante para Marielys. En una publicación reciente, la madre ofreció su cabello en venta, señalando que no le quedaba otra opción ante la desesperación de mantener a su hija en tratamiento. «Hoy tuve que tomar esta decisión, necesito venderlo para cubrir las necesidades de mi niña, que son muchas y muy caras», expresó en su mensaje.
Luego, en otra publicación expresaba: «Dios sabe que los sacrificios que se hacen por sus hijos… Fue duro el proceso pero no lo dudé».
La comunidad en línea ha respondido con mensajes de solidaridad y algunas donaciones, pero la situación de Marielys refleja una realidad más amplia: la crisis del sistema de salud cubano, donde la falta de medicamentos e insumos básicos obliga a muchas familias a recurrir a medidas extremas.
A pesar de los desafíos, Marielys no pierde la fe y mantiene viva la esperanza de un futuro mejor para su hija y su familia. «Eres mi guerrera, mi más preciado diamante», escribió en un emotivo mensaje dedicado a Ahittana. Además, sueña con el día en que puedan abandonar el hospital y reunirse en un hogar propio junto a su hijo mayor.
El sacrificio del cabello: una tendencia desgarradora en la crisis cubana
En medio de la crisis económica que azota Cuba, son numerosos casos que, como el de Marielys, han salido a la luz sobre personas, especialmente madres, que han recurrido a vender su cabello como último recurso para sobrevivir. Estas historias reflejan no solo el sacrificio personal, sino también la desesperación que enfrentan muchas familias en la isla.
Uno de los casos más conmovedores aconteció en mayo del 2023 e involucró a una madre en La Habana que vendió su cabello para alimentar a sus hijos, quienes vivían en un cuarto prestado sin refrigerador ni medios básicos.
La madre, con la ayuda del humorista Limay Blanco, quien visibilizó su situación, logró recibir donaciones que aliviaron temporalmente su precaria condición.
En Holguín, en enero de 2024,Yirian Domínguez decidió subastar su cabello, alcanzando ofertas de hasta 200,000 pesos. Aunque sus motivos principales eran de salud, su historia resonó como un ejemplo más de las dificultades para obtener recursos en Cuba. De igual modo, otra cubana ofreció su melena por 65,000 pesos, destacando que su decisión no se tomaría hasta encontrar un comprador que valorara adecuadamente su sacrificio.

Por su parte, en julio de 2023, Leydi González, otra madre cubana, expresó en redes sociales su intención de vender su cabello para comprar útiles escolares para su hijo. Su testimonio, lleno de frustración, se suma a la larga lista de mujeres que deben tomar medidas extremas para garantizar lo más básico a sus hijos.

Estos relatos, aunque únicos en sus detalles, comparten un trasfondo común: la incapacidad del sistema para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos. El cabello, que simboliza fuerza y belleza, se ha convertido en una moneda de cambio en una nación donde la supervivencia exige sacrificios cada vez más desgarradores.
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