Después de recorrer 15,000 kilómetros desde La Habana ya está en Novosibirsk, la capital de Siberia, el pentacampeón olímpico Mijaín López junto a otros cinco luchadores y dos entrenadores para participar en un torneo internacional en memoria de un héroe de la guerra de la Unión Soviética.
Sólo el actual compromiso político de La Habana con Moscú provoca que los atletas cubanos con el arrastre del cansancio de las jornadas olímpicas de París no hayan tenido tiempo de descanso en La Habana para volver a montarse en un avión para el larguísimo viaje.
Antes de partir López dijo en la televisión oficial cubana que a los luchadores rusos no se les debió haber impedido competir en los Juegos Olímpicos de París (por parte del COI) «la política no tiene nada que ver con el deporte» afirmó.
López es diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de su país desde 2018 y sus cinco medallas de oro olímpicas (2008,2012,2016,2020 y 2024) las ha dedicado a Fidel Castro en vida y ya muerto.A su regreso de París , coincidente con el aniversario 98 del desaparecido líder, la nueva figura del mundo olímpico internacional, se paseó por La Habana y por su natal Pinar del Río con la imagen de Castro en su camiseta.
López , que no competirá en el torneo de Novosibirsk, es un invitado especial de Alexander Karelin, icónico luchador ruso, que como el cubano, es miembro del Parlamento ruso.
Se retiró oficialmente de la competición en 2000. Entre 1995 y 1999 trabajó en la policía y alcanzó el rango de coronel . Posteriormente comenzó una carrera política: se unió al partido Rusia Unida cuyo líder histórico es Vladimir Putin y fue elegido representante en la Duma Estatal desde 1999. En 1997 recibió el título de Héroe de la Federación Rusa, y fue condecorado con la Orden de Honor (2001) y la Orden al Mérito por la Patria de IV grado (2008).
A Karelin lo conocen como el «Oso Ruso», «Alejandro el Grande» o el «Experimento». Es también miembro del Comité de Asuntos Internacionales del Consejo de la Federación Rusa.
Meses atrás Karelin ocupó espacio en la prensa internacional cuando se encargó de darle un premio de una fundación privada (unos 11,800 dólares) a un soldado ruso internado en un hospital que había destruído un tanque Leopard de fabricación alemana durante un combate en Ucrania, la guerra que Moscú denomina «operación militar especial».
Antes de la hazaña de López consumada en París, el record de luchador más laureado lo tenía Karelin con el oro olímpico en 1988,1992 y 1996.
«Los dos luchadores legendarios están unidos por las tradiciones de la escuela clásica de Novosibirsk» escribe la prensa siberiana en alusión al trabajo que realizó el entrenador ruso Vassily Ivanov a finales de los años 70 y principios de los 80 en Cuba. Los rusos afirman que Ivanov es uno de los fundadores de la moderna escuela de lucha grecorromana.
Según el entrenador de la selección cubana, Raúl Trujillo , que acompaña al equipo, hacía tiempo que soñaba con ver la patria de Karelin. Dijo que hace más de 40 años conoció a Vasily Ivanov, que trabajaba como entrenador en Cuba. Según declaraciones a la prensa rusa, Trujillo asegura que las victorias que tiene la selección cubana se lograron gracias a Rusia y la URSS.
En Novosibirsk el foco de atención se centra en el encuentro entre Mijaín López y Alexander Karelin pero también en la reaparición de luchadores rusos que no pudieron competir en los Juegos de París. El Comité Olímpico Internacional vetó la participación de atletas rusos y bielorrusos que estuvieran ligados a los servicios de seguridad o militares de sus países y que hayan apoyado públicamente la invasión de Rusia a Ucrania.
Varias estrellas rusas quedaron excluídas por esta razón mientras a otros 10 se les autorizó competir como Atletas Neutrales sin derecho a himnos y banderas nacionales ni a participar en la ceremonia de apertura. Unos deportistas rusos decidieron viajar pero otros como boxeadores y luchadores rechazaron la invitación. La ausencia de Rusia en varios deportes, entre los sancionados y los que se negaron, fue lamentada por deportistas de otros países que de paso también se frotaron las manos.
