Nuevos rankings nacionales ubican a Miami entre las urbes más obsesionadas con el bienestar en EE.UU. y a la vez en el top de destinos para celebrar Halloween, junto a Orlando y Hialeah.
Miami quiere bailar y sudar… y también asustarse. En las últimas veinticuatro horas, dos termómetros externos la colocaron en el centro de dos escenas muy distintas pero complementarias: la ciudad fue clasificada como la segunda más “obsesionada con el bienestar” de Estados Unidos y, al mismo tiempo, una de las mejores del país para celebrar Halloween.
La primera fotografía llega desde Time Out, que reseña un estudio de Betway Insider con métricas duras —gimnasios, spas y conversación digital— y que ubica a Miami solo por detrás de Santa Mónica. Según ese análisis, la urbe cuenta con 77 gimnasios por millón de habitantes, 107 centros de bienestar por millón y un saldo positivo de conversación en redes, un retrato que explica por qué las rutinas de amanecer y las terapias de frío conviven ya con la nocturnidad de siempre.
La segunda instantánea aterriza en plena jornada de disfraces. Secret Miami desglosa el ranking anual de WalletHub sobre las mejores ciudades para Halloween y ubica a Miami en el sexto lugar nacional, con buena nota en “diversión de Halloween” y un plus en caminabilidad que favorece el tramo clásico de puerta en puerta.
El dato relevante para Florida es de conjunto: Orlando entra en el puesto once —impulsada por su parque temático de temporada— y Hialeah aparece en el diecinueve con un desempeño alto en “paradas potenciales para trick-or-treat” y “amabilidad con los niños”. Tres ciudades del estado en el top 20 cierran un mapa que, más allá de la postal turística, habla de barrios transitables, oferta de eventos y logística urbana que importa a familias y comerciantes por igual.
A todas luces «algo malo» está pasando en Miami en la Florida con estas fiestas, pues en octubre de 2022 la ciudad fue ubicada entre las tres mejores ciudades de Estados Unidos para celebrar Halloween, según el estudio anual de WalletHub. Ese mismo año en que Miami quedó en el puesto 3, otras ciudades de Florida también entraron en el Top 20: Orlando en el 11, Hialeah en el 15 y Tampa en el 20. O sea, cuatro ciudades en el 2022 y solo tres en el 2025, y en peores puestos.
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Existe, más allá de los rankings, una lectura editorial evidente si se habla de Miami: el binomio bienestar–ocio no es contradictorio; es marca de época. La misma infraestructura que sostiene un ecosistema de gimnasios boutique y spas de infrarrojos se traduce en calles pensadas para caminar, zonas con percepción de seguridad y una programación densa de actividades.
En Miami eso significa que Brickell y la Beach pueden amanecer con bootcamps y cerrar con rutas de Halloween, mientras barrios del oeste como Hialeah capitalizan su tejido residencial para un truco o trato más clásico. Orlando, con su músculo de parques, demuestra que la “diversión” puede compensar debilidades en caminabilidad, y aun así quedarse dentro del pelotón de cabeza.
Para el lector práctico, la conclusión es doble. Si el negocio es salud y bienestar, los números confirman tracción local para abrir o escalar; si el objetivo es consumo estacional, Halloween muestra a Miami y su área metropolitana como plaza fuerte con demanda real y logística a favor. En ambos casos, el termómetro externo valida lo que se percibe en la calle: la capital del sol está modulando su identidad sin renunciar a nada, capaz de levantarse con yoga y acostarse con calabazas, y de convertir esa mezcla en una ventaja competitiva frente al resto del país.
