Desde Cuba y sin posibilidad de viajar, Maite Rodríguez Agramonte intenta, desde hace casi dos años, recomponer el rastro de su hija en una ciudad que solo conoce por fotos y direcciones sueltas: Las Vegas. Su hija, la cubana Yenia Pérez Rodríguez, está desaparecida y la madre ha recurrido a todo lo que tiene a mano para encontrarla: conocidos, redes sociales, instituciones internacionales y la solidaridad de otros cubanos en Estados Unidos.
Según la información difundida por la plataforma NiO Reportando un Crimen, Yenia residía en 6436 Iron Bark LN, Las Vegas, NV 89107. En agosto de 2023 fue detenida por la policía y registrada en el Clark County Detention – Cortes de Las Vegas con el ID 6058636. Hasta ahí llegan los datos verificables que ha logrado reunir la familia.
En enero de 2024, de acuerdo con la versión que maneja la madre, la joven habría sido trasladada al Muri Stein Hospital, un centro ubicado en 3616 W Charleston Blvd, Las Vegas 89146, que internautas identifican como un hospital psiquiátrico o un centro médico penitenciario. A partir de ese momento, el rastro de Yenia se pierde por completo. No hay llamadas, no hay reportes oficiales, no hay confirmación de si sigue ingresada, si fue trasladada a otra institución o si salió en libertad.
Maite, desde Cuba, ha intentado abrir todas las puertas posibles. Presentó una solicitud de búsqueda a través de la Cruz Roja Internacional, pero hasta hoy no ha recibido respuesta. La distancia, las barreras del idioma y la falta de recursos le impiden gestionar personalmente frente a las autoridades locales en Nevada, por lo que depende casi por completo de la buena voluntad de terceros.
El llamado que lanza ahora va dirigido a la comunidad cubana y latina en Las Vegas y en todo Estados Unidos. Pide que cualquier persona que tenga información, por mínima que parezca, la contacte a través de los teléfonos 50172638 y 55477283. También pide la atención de quienes trabajan en instituciones médicas, legales o sociales de la ciudad, ante la posibilidad de que alguien haya visto o atendido a su hija.
Mientras tanto, el caso de Yenia Pérez Rodríguez permanece abierto y sin respuestas claras, sostenido únicamente por la insistencia de una madre que se niega a aceptar el silencio como única noticia.





