Una enfermera jubilada se convirtió en el personaje más importante de un vuelo de Spirit, a excepción del piloto, claro está.
El hecho donde esta enfermera retirada se convirtió en la heroína del vuelo de Spirit Air de Pittsburgh a Orlando, el jueves por la noche.
Un bebé que había dejado de respirar durante el vuelo fue salvado por esta enfermera, identificada como Tamara Panzino, que demostró aquello de que lo que bien se aprende, no se olvida, dijo WSVN.
Señala la enfermera que cuando vio al bebé con su cabeza descolgada, como muerto, y con los labios azules su corazón le dio un vuelco.
Sin embargo, lejos de ponerse nerviosa, frenarse, entrar en pánico, la enfermera hizo lo que se supone debía hacer; algo que había hecho muchísimas veces en su vida, durante horas, días, semanas, meses, años.
La mujer se puso el traje de enfermera una vez más – hipotéticamente hablado – y volvió a poner en práctica sus años de experiencia.
Al ver que el bebé no se movía en lo absoluto ni reaccionaba a estímulos, la enfermera comenzó a frotar su pecho. Segundos después de hacerlo el infante comenzó a recuperar el color, y poco a poco el bebé comenzó a volver a la normalidad.
«El bebé iba a estar bien, volvió el color, escuché sonidos de respiración, escuché los latidos del corazón”, dijo la enfermera.
La mujer dijo que sintió un grandísimo alivio al ver que el bebé se recuperaba poco a poco, aunque no quiso recibir el crédito de heroína para ella sola, y dice que todos en el vuelo ayudaron.
El hecho recuerda a tantos otros ocurridos cada año, cuando tiene lugar una emergencia médica en un vuelo.
Uno de los casos más recientes ocurrió en mayo del 2021, cuando un doctor que viajaba a Hawaii junto con un grupo de enfermeras, se tuvieron que vestir de héroes. Aunque el doctor ni las enfermeras trabajan con niños, ni son especialistas en neonatología, tuvieron que poner en práctica lo aprendido en la escuela.
El vuelo acababa de despegar desde Salt Lake City en dirección a Honolulu (Hawái), cuando Lavinia Mounga, estadounidense, comenzó a sentir dolores en la parte baja de su vientre.
Ni ella ni su marido sabían que estaba embarazada, pero terminó dando a luz, a su primer hijo en pleno vuelo, ante la mirada atónita de su esposo, y de las manos laboriosas y afortunadas del doctor y las enfermeras que ayudaron en el parto.
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