En medio del caos por el tráfico y un 3er lugar nacional, surge un auto «hecho para manejar en Miami»

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Sí, queridos, a nivel nacional, la bella ciudad que acoge a la mayoría del exilio cubano ocupa el 3er lugar a nivel nacional con el peor tráfico entre todas las ciudades de los EE.UU. analizadas

En Miami, donde el tráfico es parte del paisaje tanto como las palmas o el café cubano, un auto parece estar captando miradas no solo por su diseño, sino por haber sido, según sus creadores, literalmente «hecho para manejar en Miami». Se trata del modelo eléctrico Hyundai Ioniq 5 del año 2025, un SUV con estética futurista y prestaciones adaptadas a los desafíos únicos de esta ciudad, que acaba de escalar al tercer lugar entre las urbes con peor tráfico de Estados Unidos, según un nuevo informe de ConsumerAffairs.

La afirmación puede parecer marketing superficial, pero los datos sugieren lo contrario. Manejar en el sur de Florida no es solo un asunto de estilo: es un costo anual superior a los 14,400 dólares por hogar, según el Miami Herald, casi el 20% del gasto doméstico total de los residentes del área metropolitana de Miami-Dade, Broward y Palm Beach. Más de la mitad de los trabajadores de la zona recorren más de 10 millas para ir al trabajo. Casi un 15% viaja más de 50. Y si todo eso fuera poco, la ciudad suma 70 días completos al año atrapados en congestiones vehiculares, lo cual justifica cualquier intento de cambiar la experiencia de conducir.

En ese contexto, el Hyundai Ioniq 5 se presenta como una alternativa que busca ser más que eficiente: quiere ser culturalmente pertinente. Con su diseño pixelado y líneas angulares que evocan el arte Deco de South Beach, el modelo no solo se mimetiza con la estética local, sino que responde a necesidades reales: aire acondicionado eficiente, autonomía extendida para viajes largos y un sistema de carga rápida que promete recuperar del 10% al 80% de batería en solo 18 minutos, menos de lo que se tarda en hacer la fila de una ventanita para pedir un cortadito.

Según reseñó Cutler Bay Community News, el modelo 2025 incluye mejoras clave como limpiaparabrisas trasero —algo tan básico como útil en las frecuentes lluvias veraniegas—, integración estándar con la red de supercargadores de Tesla gracias al puerto NACS, y una batería de 84 kWh capaz de recorrer hasta 318 millas con una sola carga. Con precios que oscilan entre los 44,000 y 51,000 dólares, el Ioniq 5 se ubica justo por debajo del promedio nacional de un auto nuevo en EE.UU., que actualmente ronda los 50,000.

Pero más allá del modelo en sí, el auto parece responder a un malestar más profundo: la sensación de que moverse en Miami se ha convertido en una batalla diaria. Además del tráfico, están los seguros, que en Florida superan los 3,200 dólares anuales por conductor, los segundos más altos del país. La gasolina representa cerca del 4% del gasto familiar anual, y con pocas alternativas de transporte público eficientes, la mayoría opta —por necesidad o resignación— por mantenerse al volante.

Miami, en el podio del caos vehicular nacional

Un informe reciente de ConsumerAffairs sobre congestión y siniestralidad vial en las 50 mayores áreas metropolitanas de Estados Unidos confirmó lo que ya muchos intuían en carne propia: Miami se ubica como la tercera ciudad con peor tráfico del país, superando a urbes como Nueva York, Houston o Chicago. Solo Washington D.C. y Los Ángeles superan a la ciudad del sol en este ranking sombrío.

El análisis, basado en datos del Censo, la Administración Federal de Carreteras y la NHTSA, consideró variables como el tiempo promedio de traslado diario, las horas de congestión en días laborables y la tasa de accidentes fatales por cada 100,000 habitantes. En conjunto, estas cifras ofrecen una radiografía cruda de lo que significa moverse por las principales urbes de Estados Unidos.

Miami registró una media de 29.2 minutos por viaje al trabajo, ocupando el puesto 12 en duración del trayecto, pero escalando al tercer lugar nacional en horas de congestión: 6 horas y 31 minutos diarios. A esto se suma un dato alarmante: la ciudad aparece en el lugar 11 en cuanto a tasa de accidentes de tránsito fatales, con 11.40 muertes por cada 100,000 personas, por encima del promedio nacional.

Este comportamiento contrasta con urbes como San Francisco, donde pese a tener uno de los trayectos más largos del país (32.1 minutos), la tasa de muertes en carretera se mantiene baja: apenas 5.24 por cada 100,000 habitantes, ubicándose entre las cinco mejores. El caso de Los Ángeles, segunda en el ranking general, es paradigmático: su promedio de congestión supera las 7 horas y 50 minutos por día, lo que equivale a 85 días completos al año atascados entre semáforos y bocinazos.

El estudio también reveló que las ciudades con más tráfico tienden a tener altos niveles de actividad económica. Washington D.C., en el primer puesto, ejemplifica esta correlación: su promedio de 33.4 minutos por viaje es el más alto del país, y los embotellamientos allí alcanzan las 6 horas y 35 minutos por día, aunque con una de las tasas de mortalidad más bajas entre las grandes urbes.

En el otro extremo del espectro, Rochester (Nueva York), Salt Lake City y Cleveland figuran entre las ciudades con menor congestión y traslados más breves, con tiempos promedio que apenas superan los 21 minutos y niveles de tráfico sustancialmente menores. En general, estas ciudades comparten un rasgo en común: han visto reducciones poblacionales sostenidas en sus núcleos urbanos, lo que ha dejado “infraestructura sobrante” y una menor presión sobre las carreteras.

Michael Manville, profesor de planificación urbana en UCLA, sintetizó así la paradoja: “Las ciudades más prósperas tienden a tener más tráfico, porque atraen más población. Pero no hacemos nada por regular ese acceso. El resultado es una red vial desbordada y una experiencia de movilidad cada vez más frustrante”.

Para Cathy Dos Santos, directora de Transit Alliance Miami, el problema es estructural.

«Estamos pidiéndole a la gente que elija entre pagar costos altísimos por tener un carro o pasar el doble de tiempo en transporte público», explicó al Miami Herald. Mientras las ciudades con mejor infraestructura para caminar o andar en bicicleta —como Rochester o Salt Lake City— logran reducir tiempos de congestión y gastos, Miami sigue aferrada a un modelo urbano de baja densidad y largas distancias que hace prácticamente imposible prescindir del auto.

En este contexto, la emergencia de vehículos pensados para mitigar esa experiencia no es casualidad. Modelos como el Hyundai Ioniq 5 2025, que promete autonomía, eficiencia y estilo para moverse en medio del caos urbano, surgen como respuesta directa a una necesidad urgente: sobrevivir al tráfico sin perder la cordura, ni el salario completo en gasolina, reparaciones o seguros.

En ese escenario, los autos eléctricos como el Ioniq 5 no solo representan una respuesta tecnológica, sino también cultural.

“La gente aquí valora la imagen, pero también quiere funcionalidad”, dice Howard Dvorkin, presidente de Debt.com. Y aunque la movilidad sostenible aún está en pañales en la región, cada nueva opción viable es un pequeño paso en una dirección diferente.

Por ahora, Miami sigue estancada en un modelo de ciudad que la obliga a convivir con embotellamientos, emisiones y gastos desproporcionados. Pero quizá, en medio del caos del Palmetto o la US-1, quienes conduzcan un Ioniq 5 puedan sentirse, al menos por un instante, un poco más en control.

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