Ni la alfombra roja ni las cámaras pudieron ignorarla: Ana de Armas brilló en el Cinemacon 2025 con un look de alto impacto. Pero mientras Hollywood le rinde homenaje, en su isla natal murmuran su nombre con desencanto.
Desde Las Vegas, la actriz cubana más internacional volvió a encender los focos. Ana de Armas apareció en el Cinemacon con un traje negro de Louis Vuitton bordado con micro lentejuelas plateadas y un escote vertiginoso que bajaba hasta el ombligo. Pocas pueden permitirse semejante osadía sin cruzar la línea del exceso. Ana lo logró. Y lo hizo con esa seguridad de quien sabe que su nombre ya es marca registrada en la industria.
Pero no fue solo su estilismo lo que levantó titulares. Mientras medios como Glamour la incluyen en su lista de actrices que se atreven a lucir “prendas arriesgadas –e incluso prohibidas–” en la industria, el verdadero terremoto se siente a miles de kilómetros: en Cuba. Allí, donde alguna vez fue celebrada como orgullo nacional, Ana de Armas ahora enfrenta una ola de críticas por motivos muy distintos a su vestuario.
En los últimos meses, se hizo público su vínculo sentimental con Manuel Anido, hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel y asesor del régimen. La noticia cayó como una bomba entre muchos de sus compatriotas, que ven en esta relación un giro doloroso. De ícono exportable a figura polémica, Ana ha pasado de encarnar el sueño cubano a representar, para algunos, una traición simbólica.
Y mientras en su tierra natal se debate su imagen, Ana de Armas seguía deslumbrando en The Colosseum del Caesars Palace. Allí presentó “Ballerina”, el spin-off de John Wick dirigido por Len Wiseman, y fue premiada como mejor actriz revelación del año. Junto a ella, brillaron otras estrellas como Scarlett Johansson y Mahershala Ali, quienes revelaron detalles del esperado Jurassic World Rebirth, dirigido por Gareth Edwards.
A diferencia de otras celebridades presentes, como Sydney Sweeney y Amanda Seyfried, que optaron por atuendos discretos y sin riesgos, Ana apostó por la elegancia desafiante. Tacones de charol, escote abismal, mirada segura. Como si su cuerpo también fuese un campo de batalla donde la censura no tiene lugar.
Ana de Armas saltó a la fama desde La Habana al mundo, recorriendo un camino meteórico que la llevó de las telenovelas españolas a ser nominada al Oscar. Durante años fue considerada una embajadora no oficial del talento cubano en el extranjero.