El tur de dirigentes cubanos por provincias y las medidas tomadas para el transporte, la agricultura y los precios

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En medio de un contexto de crisis económica que persiste y se agrava, el reciente recorrido del ministro de Transporte de Cuba por diversas provincias, así como las visitas de otros altos funcionarios a distintos territorios del país, presentan una imagen clara de la perpetuación de un sistema que sigue girando sin avanzar, como una noria que no se mueve más allá de su lugar. El gobierno, a través de estos actos de “inspección” y medidas paliativas, parece querer ofrecer soluciones sin resolver las causas fundamentales de la crisis.

Las medidas anunciadas por el ministro de Transporte, como la implementación de triciclos eléctricos, la reparación de ómnibus y la revitalización del sistema ferroviario, reflejan una voluntad de mejorar la transportación en un país donde la infraestructura es deficiente y las necesidades son apremiantes.

Sin embargo, lo que parece una respuesta a los problemas inmediatos, no hace más que poner parches a un sistema que, en el fondo, sigue siendo insostenible. Como la rémora que se adhiere al cuerpo de otro, las soluciones propuestas siguen dependiendo de recursos externos, donaciones y medidas que nunca llegan a ser completamente efectivas.

La creación de nuevas rutas de microbuses y el uso de vehículos eléctricos en diversas provincias podrían ser una solución interesante en otro contexto, pero en Cuba, la constante escasez de recursos y el déficit energético dejan claro que esta medida no es más que una salida temporal ante una demanda que sigue superando a la oferta.

Por si esto no bastase, la falta de una visión estructural que permita una verdadera reforma del sector de transportes, sumada a la baja capacidad de gestión, pone en evidencia día tras día en la isla que estos intentos por mejorar el transporte seguirán siendo insuficientes, atrapados en un bucle de soluciones paliativas fragmentadas.

No solo el transporte: el sector agrícola tampoco levanta cabeza.

Mientras tanto, el sector agrícola, también señalado por los funcionarios en sus visitas a diversas provincias, enfrenta los mismos obstáculos que el transporte.

En la Isla de la Juventud, por ejemplo, el ministro Jorge Luis Tapia Fonseca destacó la importancia de avanzar en la producción de alimentos, aunque las dificultades estructurales, como la falta de recursos para la maquinaria agrícola y los sistemas de riego ineficientes, siguen siendo barreras insuperables.

En ese territorio, de los «mejorcitos» en el país en cuanto a la alimentación, la falta de inversión real en la infraestructura agroalimentaria refleja el mismo ciclo sin fin que caracteriza al resto de la nación: se habla de la importancia de la agricultura, pero las medidas son parches que no logran enfrentar los problemas de fondo.

La visita de Tapia Fonseca es tal cual se ve en la foto debajo. Organizada, prevista de antemano; él pas(e)a en su auto moderno tipo Van con aire acondicionado, y en cierto lugar lo espera un campesino o cooperativista con la mesa dispuesta con melones, mangos, cebollas, boniatos, habichuelas y yucas; muy probablemente, traídas y juntadas todas desde diversas fincas cercana. Tapia Fonseca lo escucha y se va con la idea de que, si este hombre, sin recursos, puede producir todo esto a gran escala – cosa esta que no es así ni remotamente – el país, la Revolución, puede avanzar y salvarse.

El mismo panorama se observa en Ciego de Ávila, donde según el diario provincial Invasor, se reconocen las dificultades en la captación de ingresos y la falta de eficiencia en la producción agropecuaria.

Aunque se promueven discursos sobre el avance de la economía y se mencionan las cifras de producción, la realidad es que la incapacidad de captar y utilizar esos recursos de manera efectiva sigue siendo una constante. Aquí también se repiten y verbalizan una vez más las promesas de reformas y mejoras, pero los resultados concretos no se materializan.

No deja de ser significativo que, en el texto publicado por el Invasor, que contiene aproximadamente mil palabras, hayan nueve aspectos negativos mencionados y que son:

  1. 1. Desajuste entre la información y la realidad: El tributo informativo de 187 bases productivas del sector agropecuario no se corresponde con la realidad, debido a insuficiencias que aún se están subsanando de forma gradual. Estas distorsiones empañan el reflejo de indicadores económicos esenciales.
  2. 2. Dificultades en la captación de ingresos:A pesar de los esfuerzos del gobierno por reimpulsar la economía, el tema de la captación de ingresos es una de las prioridades, pero las medidas no están siendo efectivas. El bajo nivel de ingresos captados no está a la altura de las necesidades, lo que refleja un manejo ineficiente de los recursos.
  3. 3. Trabas internas para la exportación: Existen barreras internas que dificultan las ventas al mercado exterior, como en el caso del carbón vegetal, donde los productores ganan más vendiendo al mercado interno que exportando. Estas trabas provocan pérdidas millonarias y están lejos de resolverse.
  4. 4. Incumplimiento de los indicadores de producción:
    La comercialización del carbón está causando pérdidas a las entidades responsables, y se deben 60 millones de pesos por concepto de exportaciones. Además, no se están cumpliendo los indicadores previstos en la producción y los servicios, lo que refleja una mala gestión.
  5. 5. Bajas cifras de contribución al sistema estadístico:
    Solo 29 bases productivas, de las 187 que deberían estar involucradas, enviaron datos al sistema estadístico en marzo, lo que refleja una falta de organización y estructura en la recolección de información importante para la planificación económica.
  6. 6. Problemas con los ingresos de los trabajadores por cuenta propia:
    Se ha señalado que los trabajadores por cuenta propia no cumplen con las obligaciones de aportar a las arcas del Estado, lo que refleja deficiencias en el control y el seguimiento de este sector.
  7. 7. Déficit fiscal proyectado:
    A pesar de los esfuerzos por reducir el déficit fiscal, se proyecta un déficit de 4.8 millones de pesos en 2025 para el municipio de Ciego de Ávila, lo que refleja una situación económica insostenible.
  8. 8. Desajuste entre la capacidad de producción y la captación de ingresos:
    Aunque las bases productivas están cumpliendo con varios objetivos, los ingresos generados no se están captando de manera adecuada, lo que impide que se aprovechen las potencialidades económicas de la provincia.
  9. 9. Inestabilidad en el sistema económico:
    Las soluciones a largo plazo para resolver los problemas de la economía son lentas y no están logrando resultados inmediatos, lo que prolonga la inestabilidad económica de la región.

Todos estos puntos reflejan una serie de desafíos que están afectando gravemente la economía local, pero los objetivos del Programa del gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en Ciego de Ávila, lucen muy distorsionados de la realidad, con el empleo de verbos tales como «avanzar»; «incrementar y diversificar»; «consolidar y desarrollar «; «implementar»; y «gestionar».

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