¿Por qué fue tan dramático el rescate de una persona en video viral grabado durante inundaciones en Texas? Su hija lo explicó.
En medio de las devastadoras inundaciones que afectaron el centro de Texas el pasado 4 de julio, un video captado cerca de San Angelo muestra una escena que ha estremecido a miles: una mujer mayor, atrapada boca arriba en una corriente feroz de agua, lucha por sobrevivir mientras varios rescatistas intentan salvarla con cuerdas.
El momento más tenso del rescate quedó grabado en audio cuando uno de los socorristas gritó: “I’m about to lose her!” («Estoy al perderla») y alguien en tierra le pidió que halara la cuerda y el rescatista le responde: «¡No puedo!». La escena fue grabada por Rhonda Podschelne y fue difundida por medios como FOX 4 News convirtiéndose en viral inmediatamente.
El video, que circula ampliamente en redes y medios, muestra a la mujer inmovilizada por la fuerza del agua, con su cuerpo extendido horizontalmente, mientras un grupo de personas —entre bomberos, voluntarios y civiles— lucha por sacarla del cauce antes de que sea arrastrada. Pero lo que no se ve en el video, y que fue revelado en un comentario posterior en Facebook por la hija de la víctima, es aún más conmovedor: la mujer tiene 71 años, es sobreviviente de un derrame cerebral, no sabe nadar y tiene debilidad en todo su lado izquierdo.
Con esa información, el dramatismo del rescate se vuelve aún más desgarrador y explica en sí el por qué muchos pensaron que algo extraño estaba pasando pues la mujer parecía no cooperar con sus rescatistas. La realidad es que se trataba de una persona altamente vulnerable, arrastrada fuera de su vehículo por la corriente, sin capacidad real para luchar por su vida ni mantener su cuerpo a flote. Su rescate, en esas condiciones, es prácticamente un milagro.
“Con todo lo que ha pasado, con tantas muertes trágicas, me trajo lágrimas saber que ella no fue una de ellas”, escribió la hija de la mujer rescatada en un post en Facebook. Su testimonio ha generado una ola de comentarios de alivio y gratitud, destacando no solo la fuerza de la víctima, sino la valentía de quienes la salvaron.
¿Qué tan fuerte era la corriente? Una explicación para los «nadadores expertos en redes sociales»
Tras la publicación del dramático video del rescate ocurrido en Texas, no faltaron los comentarios simplistas en las redes sociales: “Si los rescatistas están de pie, ¿por qué ella no?”, o “eso no parece tan profundo”. Pero la realidad es muy distinta cuando el agua te empuja con violencia y estás desorientado, débil y sin capacidad para nadar.
Según estimaciones basadas en el video y en datos hidrológicos de la zona, la corriente donde quedó atrapada la mujer —de 71 años, sobreviviente de un derrame cerebral y sin saber nadar— fluía posiblemente entre 3 y 5 metros por segundo, es decir, de 10 a 18 km/h. Esa fuerza es más que suficiente para derribar a un adulto, arrastrar un coche y mantener a una persona totalmente inmovilizada contra el suelo o cualquier obstáculo sumergido.
La NOAA advierte que bastan 0.6 m/s para tumbar a una persona. Así que no, no se trataba de simplemente «ponerse de pie». El cuerpo de la víctima probablemente estaba parcialmente succionado por la presión del agua, enganchado en alguna estructura, o simplemente sin fuerza muscular suficiente para reaccionar.
Este recuadro es para ti, opinólogo acuático de Facebook: en una inundación, el peligro no siempre se mide por la altura del agua, sino también por su velocidad, fuerza y lo impredecible de las corrientes.
La velocidad, unida al volumen y la dirección del flujo, convirtieron este rescate en una operación de altísimo riesgo. Los rescatistas debieron actuar con rapidez, precisión y valentía para lograr salvarla.
El caso de este dramático rescate protagonizado en Texas se enmarca en un evento catastrófico: más de 120 personas han muerto en Texas debido a las lluvias torrenciales de julio, y más de 160 siguen desaparecidas, muchas de ellas niñas de un campamento de verano. Las imágenes del rescate no solo son un reflejo de la emergencia, sino también un símbolo de esperanza en medio del desastre.
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