El sistema de salud cubano vivió una jornada de duelo por la muerte de dos médicos muy apreciados en sus comunidades profesionales y entre los pacientes a los que sirvieron, a juzgar por las sentidas muestras de dolor que inundan ahora mismo las redes sociales.
La Embajada de Cuba en México confirmó este 30 de septiembre el repentino fallecimiento de la Dra. Zunilda Torres Rodríguez, especialista en Medicina Física y Rehabilitación que prestaba servicios en el Hospital Civil “Dr. Luis F. Nachón”, en el estado de Veracruz. En paralelo, colegas y directivos sanitarios de Villa Clara informaron del deceso del Dr. Luis Madrazo Marín, médico de reconocida trayectoria en la atención primaria y la gestión provincial de salud.
En el caso de la Dra. Torres Rodríguez, la sede diplomática cubana en México, junto a la Brigada Médica y el Ministerio de Salud Pública de Cuba, expresó “profundo pesar” y comunicó que se gestiona el apoyo consular a la familia, incluida la repatriación.
Autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar —que administran servicios en el estado— brindan acompañamiento en un proceso que, por su sensibilidad, se maneja con discreción. Durante la jornada comunitaria “Por un corazón saludable”, realizada en el parque Juárez de Xalapa, el director del hospital, Roberto Alonso García, pidió un aplauso de homenaje, subrayando la entrega y el aporte profesional de la especialista. En redes sociales, compañeros de brigada y pacientes coincidieron en describirla como una médica “alegre, buena persona y excelente profesional”, mensajes que se multiplicaron desde distintos estados mexicanos y perfiles vinculados al sector sanitario.
No se han difundido detalles sobre la causa de la muerte de la doctora, más allá del carácter repentino del suceso. En estos escenarios, las instituciones suelen priorizar la comunicación con los familiares antes de divulgar información adicional. Sí está claro, sin embargo, el impacto que deja su ausencia en un equipo que la consideraba un pilar de la rehabilitación y el acompañamiento humano a pacientes crónicos.
En Villa Clara, el anuncio del fallecimiento del Dr. Luis Madrazo Marín también conmovió a la red provincial de salud.
Directivos, médicos y personal de enfermería recordaron su labor en la Medicina Familiar y su paso por responsabilidades en la Dirección General de Salud del territorio.
Colegas cercanos señalaron que “durante varios meses luchó y batalló intensamente”, un testimonio que sugiere un proceso de enfermedad prolongado, sin que se hayan compartido diagnósticos específicos por respeto a la intimidad de la familia. Sus compañeros lo describen como un profesional “consagrado, cercano y de carisma singular”, con recuerdos que remiten a la etapa más dura de la pandemia, cuando —según diversos relatos— sostuvo guardias y apoyos que excedían su carga habitual.
Las muestras de condolencia han sido masivas en ambas orillas. En México, la comunidad hospitalaria de Xalapa despidió a la Dra. Torres con mensajes de “luz perpetua” y gratitud por su “valioso aporte al sistema de salud”. En Cuba, decenas de trabajadores del sector público y usuarios del sistema dejaron mensajes para “Luisy”, como llamaban al Dr. Madrazo, resaltando su sencillez y responsabilidad. Son despedidas que dicen mucho de la huella de ambos más allá de los títulos y los cargos: una combinación de pericia técnica y trato humano que los convirtió en referentes cotidianos.
De momento, las instituciones involucradas concentran esfuerzos en acompañar a las familias. La Embajada de Cuba en México aseguró que presta todo el apoyo consular y coordina la repatriación de la Dra. Torres. En Villa Clara, los compañeros del Dr. Madrazo han organizado tributos íntimos y mensajes públicos de reconocimiento, mientras se aguarda información sobre honras fúnebres.
Queda un hilo común en las dos historias: la comunidad que se reúne para despedir a quienes dedicaron su vida a cuidar a otros. En tiempos de sobrecarga y fatiga estructural en los sistemas sanitarios, esa gratitud social es también un recordatorio de lo esencial: detrás de cada sala, de cada consulta y de cada rehabilitación, hay personas concretas cuyo legado trasciende el uniforme. Hoy se honra a dos de ellas. EPD.





