Animalistas cubanos denunciaron recientemente en redes sociales el tráfico de especies protegidas en Camagüey.
Desde el refugio Ángeles Callejeros, con sede en Nuevitas, han preguntado si las autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba y de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna “son ciegos”, ya que en ese municipio camagüeyano “todo tipo de especies protegidas” se vende “como si fuera un par de zapatos y a nadie le importa”.
“No es algo oculto ni clandestino. Lo publican en grupos públicos, todos los ven y nadie hace nada”, denunciaron los defensores del bienestar animal a través de Facebook.
“Nuestro refugio ya ha comprado varias jutías, lechuzas y búhos para salvarlos de una muerte segura y ponerlos en libertad, pero ese no es nuestro trabajo”, dijeron desde Ángeles Callejeros al exigir la intervención del gobierno en la protección de estas especies.
“No podemos seguir gastando nuestros recursos en salvar animales protegidos por ley y menos cuando hay varias instituciones cuya labor es proteger esas especies y ganan un salario por eso”, resumió el comunicado firmado a nombre de Los animalistas de Nuevitas, que demandó que estas especies sean rescatadas.
“Seguiremos denunciando el mal trabajo de estas instituciones hasta que se vean los resultados. Si no nos escuchan aquí, pondremos la denuncia en la Dirección Nacional si es preciso. Esperamos que esta situación se resuelva de una vez”, añadió el grupo, que expuso dos anuncios de venta publicados en redes sociales: uno de un cocodrilo y otro de un majá de Santa María.
“Desgraciadamente, ni allá ni en ningún lugar de este país estas instituciones hacen su trabajo. La comercialización y la tenencia ilegal de especies protegidas pululan por doquier ante los ojos de todas las autoridades sin mover un pelo para impedirlo y aplicar las medidas pertinentes”, opinó la usuaria Elizabeth Marela Cardoso Pérez.
La mayoría de los animalistas coincidió además en que “no solo se debe denunciar a los malhechores, sino a todas estas autoridades e instituciones que deben velar por un medio ambiente protegido”.
Es importante subrayar que las especies protegidas son aquellas que están sujetas a medidas legales que impiden su caza, captura, venta, tenencia o exterminio; a las que cada gobierno debe otorgar protección mediante leyes, convenios y tratados.
Además del cocodrilo cubano o el majá de Santa María, aparecen como especies protegidas en Cuba el almiquí, el manatí, el tocororo, el zunzún, la iguana terrestre, la tortuga carey y la cotorra.
Según datos oficiales del Citma, el 92,4% de las especies autóctonas de la fauna cubana habita en las más de 200 áreas protegidas con las que cuenta el país.
De acuerdo con el Decreto-Ley 31/2021 “De Bienestar Animal”, “en ningún caso se autoriza la comercialización de animales declarados como de especial significación para la diversidad biológica”.
Aunque existen normas para evitar el tráfico de vida silvestre en la isla, como la Ley Penal del Ambiente (1997) y la Ley de Protección de la Fauna Silvestre (2015), y está prohibido extraer especies de la flora y la fauna sin autorización oficial, el monto de las multas con el que es penado es irrisorio.
Esta misma semana Fernando Gispert, jefe de Servicios Clínicos de la estatal clínica “Laika” de La Habana Vieja, lamentó la muerte de una jutía conga, una de las especies cubanas amenazadas o en peligro de extinción, que “nunca” fue llevada al veterinario. “No adopte animales silvestres como mascota”, pidió el doctor.





