La influencer cubana Iraisel Pintueles se encuentra actualmente en Corea del Sur acompañando a su pareja, el deportista cubano Leonardo Leyva, quien juega para el Ansan OKman, un equipo de voleibol profesional en el país asiático.
Junto a Pintueles también está su hija, la pequeña Daniela Muñoz, quien celebró su octavo cumpleaños a finales de octubre en Corea del Sur. La celebración estuvo llena de regalos, junto a su madre, Leyva, y el hijo del deportista.
Tras un tiempo prolongado en el país, muchos seguidores de Pintueles le han preguntado si ambas planean quedarse de manera definitiva, ya que parecen estar adaptando sus rutinas a su vida en Corea.
La influencer respondió a esta interrogante en un espacio de preguntas y respuestas en sus historias de Instagram, aclarando que, por el momento, su estancia es temporal.
“Por ahora no, solo estamos acá acompañando a Leo que está trabajando aquí, hace muchos años que Leo trabaja acá en Corea. Esta es la segunda vez que estamos en este país, pero para acompañar, solamente acompañando a Leo, no nos vamos a quedar a vivir en Corea”, explicó Pintueles.
Durante la conversación, Pintueles le preguntó a Daniela si ella querría quedarse a vivir en Corea. La respuesta de la niña sorprendió un poco a la influencer, ya que, sin dudarlo, dijo: “No y no”, repitiendo su negativa cuando le pidieron más detalles.
Para profundizar, Pintueles le preguntó si no le gustaba Corea, a lo que Daniela respondió de manera decidida: “Sí me gusta, pero no me quiero quedar a vivir, yo me quedo en mi Cuba”.
Al escuchar esto, la influencer le preguntó si extrañaba todo de su país, incluidos los apagones, y, para sorpresa de muchos, la niña volvió a afirmar que sí, a lo que Pintueles le agregó que le iba a entregar el título de la Giraldilla.
Desde que Pintueles y Leyva decidieron darse una nueva oportunidad en el amor a mediados de este año, se han mostrado más románticos e inseparables que nunca. Esto se ha reflejado en emotivas publicaciones en redes sociales y en gestos como el flamante Mercedes que Leyva le regaló a Pintueles.