El Gobierno de Cuba afirmó este viernes que Estados Unidos “no ha concretado ningún ofrecimiento de ayuda” para los afectados por el huracán Melissa, pese al anuncio público del secretario de Estado sobre el envío de asistencia humanitaria a la Isla.
La aclaración la realizó Johana Tablada, subdirectora general para Estados Unidos del MINREX, quien señaló que la embajada cubana en Washington contactó al Departamento de Estado “con motivo de lo que publicaron”. Sin embargo, aseguró: “Hasta ahora, Estados Unidos no ha concretado ningún ofrecimiento ni ha respondido a las interrogantes formuladas”.
Tablada contrastó esa situación con la de otros gobiernos y agencias de la ONU, que —dijo— “ya han concretado” o se encuentran en proceso de materializar sus envíos. En paralelo, desde La Habana se insiste en que el país no ha rechazado apoyo externo y que “no ha puesto condiciones extraordinarias” para recibirlo.
Las declaraciones llegan en medio de críticas dentro y fuera de la Isla por la lenta respuesta oficial tras el paso de Melissa, que dejó miles de viviendas dañadas, amplias zonas incomunicadas y cortes eléctricos prolongados en varias provincias del oriente. Organizaciones y usuarios en redes reportan escasez de alimentos, agua potable y insumos básicos en centros de evacuación.
La funcionaria señaló además que existen “varias vías” para que personas y entidades radicadas en Estados Unidos canalicen donativos hacia los damnificados; no obstante, admitió que esas rutas “tienen que vencer restricciones que impone el gobierno estadounidense”.
Desde Washington, el Departamento de Estado había comunicado que exploraba “vías apropiadas” para apoyar directamente a la población, con el objetivo —según fuentes diplomáticas— de garantizar mecanismos transparentesque eviten desvíos y aseguren la llegada de la ayuda a quienes la necesitan.
Mientras esto ocurre en el plano diplomático, el terreno sigue marcando las prioridades: en Granma, Holguín y Guantánamo persisten fallos de suministro eléctrico, déficits de atención y necesidades urgentes que desbordan la capacidad estatal en un contexto de crisis económica. Entre discursos cruzados y acusaciones mutuas, miles de damnificados continúan a la espera de respuestas concretas.
