La imagen es la de cualquier tarde de compras previa a las fiestas: bolsas, vitrinas llenas, música de fondo y prisas por llegar al siguiente descuento. Pero el jueves, poco después de las cinco de la tarde, el pasillo cercano a la tienda Burlington en el Dolphin Mall se convirtió en escenario de un violento asalto que hoy tiene a una mujer y tres hombres de origen chileno frente a la justicia y bajo la mira de inmigración, señala Local10 News.
Según el reporte policial, la víctima fue sorprendida por dos hombres identificados como Jairo Morales, de 21 años, y su hermano Jacob Morales, de 26. Los agentes de Sweetwater detallan que lo golpearon y le arrancaron las joyas que llevaba encima, valoradas en unos 3 000 dólares, antes de salir corriendo hacia el estacionamiento. Allí los esperaba un BMW X6 blanco modelo 2025, donde estaban los otros dos presuntos cómplices: Cherry Gómez, de 28 años, y Bastián Rojas, de 25.
El grupo abandonó el centro comercial y se dirigió a una casa de empeño, donde vendieron las joyas robadas por esos mismos 3 000 dólares en efectivo. Lo que no sabían era que ya estaban siendo rastreados. Gracias al sistema de cámaras del Dolphin Mall y a la coordinación entre la policía de Sweetwater y otras agencias del condado, se emitió una alerta con la descripción del vehículo. Horas más tarde, el BMW fue localizado en la Southwest 57th Avenue y la 2nd Street de Miami. Dentro del carro, los agentes encontraron más joyas y unos 31 600 dólares en efectivo.
Los cuatro fueron detenidos y trasladados al Centro Correccional Turner Guilford Knight. Jairo enfrenta cargos por robo con violencia, tráfico de bienes robados y agresión; Jacob, por robo con violencia; Rojas, por encubrimiento y tráfico de bienes robados; y Gómez, por encubrimiento. Los registros señalan además que todos tienen orden de detención de inmigración, y una jueza les prohibió acercarse al Dolphin Mall.
El caso estalla justo cuando la ciudad se prepara para el Black Friday y la temporada alta de compras, y coincide con el relanzamiento de la operación Safe Holiday, un despliegue especial de seguridad en el Dolphin Mall que incluye más agentes uniformados y encubiertos, bicicletas eléctricas, drones y un centro de comando móvil instalado en el propio complejo comercial. Las autoridades insisten en que habrá “cero tolerancia” con quienes vean en la multitud y las bolsas de regalo una oportunidad para el delito, y piden a los compradores algo tan simple como decisivo: mirar alrededor, asegurar sus vehículos y reportar cualquier movimiento que no encaje con el espíritu de fiesta que, al menos en teoría, debería reinar en los pasillos.





