Una ola de dolor, indignación y preguntas sin respuesta ha sacudido al municipio avileño de Morón tras conocerse el asesinato de un joven identificado como Osmel Lasonce Díaz, de apenas 16 años, quien fue apuñalado en la madrugada del domingo. El crimen, descrito como brutal por testigos y usuarios en redes sociales, ha encendido las alarmas sobre el crecimiento de la violencia en las calles y la vulnerabilidad de los jóvenes pero no sería el único: según el comunicador Niover Licea, hay una segunda víctima, aún no identificada, que acompañaba a Osmel.
Según relataron personas cercanas al hecho, Osmel y otro menor fueron atacados por individuos aún no identificados formalmente, presuntamente en el reparto El Vaquerito, una zona marcada por conflictos entre pandillas juveniles. Uno de los cuerpos, el del joven que presuntamente acompañaba a Osmel, quedó tendido a la espera de ser trasladado al hospital, pero, según reportes ciudadanos, no había transporte disponible en el momento. La imagen del abandono, de un cuerpo sin auxilio, se ha convertido en símbolo del drama que se vive actualmente en la isla.
Amisaday Alfonso, amiga cercana de la familia, escribió en redes: “No hay consuelo ni justicia posible para unos padres que no pudieron abrazar a su niño por última vez. Lo que sucedió fue un acto monstruoso”.
Los comentarios en el post no cesan. “Era solo un niño”, “No vivió nada, ni aprendió nada”, “Esto no tiene perdón”, escribieron vecinos, amigos y personas impactadas por la noticia. Muchos apuntaron también hacia la responsabilidad familiar y la fragilidad del entorno social. “Hay que protegerlos, vigilarlos, hablarles. La calle está demasiado mala para que anden solos”, escribió una usuaria en Instagram.
El caso ha provocado una ola de mensajes de condolencia, pero también de ira contenida ante la impunidad que, temen muchos, volverá a repetirse. “Aquí todos sabemos que el asesino no pagará con la vida lo que hizo”, escribió otra joven. Las autoridades no han emitido aún un comunicado oficial ni confirmado la identidad de los agresores.
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