En Cuba, donde el acceso a medicamentos esenciales ya era un reto cotidiano, ahora los pacientes enfrentan una nueva amenaza: la proliferación de medicamentos falsificados. La falta de control sanitario y la creciente desesperación por conseguir tratamientos han convertido al mercado negro en una ruleta rusa para la salud.
El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) emitió una alerta urgente esta semana tras detectar la circulación de productos adulterados a lo largo de toda la Isla. Entre ellos se encuentran:
TIOCTAN PLUS (lote 20821692); OXYDONNA 20 mg (lotes 20467072 y 11058698), ZATRIX 0.5 mg (lote 11037469); BRONPAX gotas orales (lote 21185882) y DORMEX 7.5 mg (lote 20467112). También se recomienda no adquirir DOLO NEUROBION NF ni DOLO NEUROBION FORTE, cuyos lotes y procedencia no están certificados.
Este fenómeno no se limita al territorio cubano. La Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) de Perú lanzó una advertencia similar sobre productos que, pese a haber sido importados, presentan inconsistencias en las fechas de vencimiento o no han sido autorizados por el titular del registro sanitario. Tal es el caso de DOLO NEUROBION NF (lote 2110173) y FORTE (lote M28568).
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No es la primera vez que esto ocurre. En agosto de 2024 y noviembre de 2022, el CECMED ya había alertado sobre fármacos como Dobutamina, Erbitux, Ramiven o Eutirox, comercializados sin controles adecuados. Estas situaciones evidencian un patrón: el desabastecimiento crónico empuja a la población hacia soluciones informales, incluso cuando estas ponen en riesgo su vida.
El CECMED exhorta a los profesionales de la salud a reportar cualquier sospecha de reacciones adversas a través del correo [email protected] o los teléfonos oficiales. Pero, más allá de la denuncia, queda la pregunta: ¿cuánto daño silencioso pueden provocar estas pastillas fantasmas antes de ser detectadas?
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Mientras el gobierno mantiene abiertas las importaciones sin aranceles ni límites, los expertos insisten en la necesidad de reforzar los controles sanitarios. Porque cuando el remedio se convierte en amenaza, la salud pública entra en una zona de peligro sin antídoto visible.
