Durante los últimos tiempos se han incrementado las protestas en Cuba por la difícil situación que vive el país. Falta de alimentos, apagones, migración masiva, son solo algunos de los detonantes de estas manifestaciones masivas que son el síntoma más evidente del hastío que se vive en la isla.
En días recientes circularon videos e imágenes del cierre de las calles en Boyeros por decenas de personas que no pudieron soportar más las prolongados cortes de electricidad que estaban viviendo por el paso del huracán Rafael, aunque el mal mayor viene desde mucho antes con el deficiente funcionamiento de los termoeléctricas y la aguda falta de combustibles que sufre la nación.
A diferencia de años anteriores las protestas han llegado a municipios residenciales como Nuevo Vedado o Vedado que tras el desgarro de Rafael pasaron más de una semana sin luz. En una de los localidades, especialmente en 19 y 26, los vecinos podaron un árbol y lo colaron en medio de la calle para interrumpir el tráfico junto a un latón de basura y el sonido de los cacerolas. El resultado de la protesta fue que ese mismo día pusieron la corriente eléctrica.
Se trata de un escenario inédito en Cuba que empezó a cobrar fuerza a partir de masivas e históricas protestas del 11 de julio del 2021. A partir de ahí, a pesar los encarcelamientos e injustas condenas, los cubanos comenzaron perder un poco el miedo sobre todo debido a una precaria situación que se ha hecho aún mas precaria durante los últimos años por la agudización de la crisis económica que vive el país.
La protesta, como sucede en la gran mayoría de los países civilizados, se está convirtiendo en Cuba en la manera que tienen los ciudadanos de exigir sus derechos y de manifestar su malestar al gobierno, que más temprano que tarde tendrá que asimilar porque, sin duda, no puede llevar a casi todo un país tras las rejas.
