El pésimo liderazgo ejercido por la exatleta Yipsi Moreno al frente de la Comisión Nacional de Atletismo de Cuba finalmente recogió su cosecha: la isla quedó fuera del medallero en el Campeonato Mundial de Eugene, lo que constituye su peor actuación en una cita del orbe de ese deporte.
La delegación de 14 deportistas de campo y pista que representó a Cuba en el evento llevaba las de perder, con pocas opciones de podio y caracterizada por las ausencias de algunos de los mejores exponentes en sus especialidades como Juan Miguel Echevarría, Yarisley Silva, Denia Caballero y Reynier Mena.
Los constantes desencuentros entre los atletas y la dirección del deporte rey en Cuba hicieron que algunos de ellos pidieran la baja del equipo, mientras que otros han optado por emigrar y establecerse en otros países, a la espera de recibir la atención que merecen de acuerdo a su talento y resultados en la alta competencia.
La tercera parte de la comitiva cubana estuvo conformada por triplistas, dos hombres y tres féminas, muestra de una mala estrategia que arrojó el peor de los resultados posibles.
Sus esperanzas de obtener alguna medalla se fueron diluyendo tras la decepcionante actuación de la defensora del título en lanzamiento del disco, Yaimé Pérez, quien quedó séptima en la final; y terminaron de esfumarse cuando Lázaro Martínez, monarca bajo techo en salto triple, concluyó en el puesto 12 de la competencia sin conseguir siquiera una marca válida.
Los cubanos mejor ubicados en sus especialidades fueron el saltador de longitud Maykel Mesó y Leyanis Pérez, de triple salto, ambos ocupantes de la cuarta posición.
Un sólo cubano se llevó una medalla de oro en la cita de Oregón, el estelar triplista Pedro Pablo Pichardo, quien representa a Portugal desde hace años.
Cuba, con una marcada tradición competitiva en citas del orbe de atletismo y ocupante hasta ayer del octavo puesto del medalllero histórico con 22 preseas de oro, 14 de plata e igual número de 14 de bronce en mundiales de ese deporte, concluye así su peor participación desde Helsinki 1983.
La crisis del deporte rey en la isla ha tocado fondo y alguien tendrá que pagar las cuentas, pero se necesita un cambio total de visión para que vuelvan a llegar los resultados y eso podría tomar unos años de no revertirse la tendencia actual de los atletas cubanos a emigrar definitivamente.
