Un choque entre un moderno Cadillac Escalade y un clásico Chevrolet Bel Air de 1957 se registró durante unas competencias de autos en Matanzas, sin que se reportaran heridos pero sí serias pérdidas materiales. Las imágenes del siniestro se viralizaron rápidamente en redes sociales, donde numerosos testigos compartieron la magnitud de los daños sufridos por ambos vehículos.
El accidente ocurrió en plena recta de las carreras, cuando el Chevrolet —un modelo de colección color rojo vino, con matrícula P156641— impactó violentamente contra el costado izquierdo del Cadillac. La Escalade, de color negro, recibió el golpe en la parte delantera y lateral, quedando con abolladuras profundas en la carrocería.
Las fotografías muestran cómo el frontal del Chevrolet quedó prácticamente destruido. El guardafangos y la defensa se doblaron hasta incrustarse contra la rueda delantera, mientras la puerta del conductor también sufrió deformaciones severas. El impacto fue tan fuerte que el metal del auto clásico, restaurado con esmero por sus dueños, se arrugó en toda la parte izquierda. Aun así, el parabrisas permaneció intacto, lo que permitió que el chofer saliera ileso.
Por su parte, el Cadillac Escalade presentó daños visibles en el lateral y la defensa delantera. Pese a ser un vehículo de gran porte, el golpe lo dejó con grietas en la estructura y el parachoques desprendido en varios puntos. El conductor y los ocupantes lograron salir sin lesiones, lo que fue confirmado por los asistentes y por la aclaración de que el incidente solo dejó pérdidas materiales.
El ambiente en la pista cambió de la euforia al nerviosismo en cuestión de segundos. Testigos rodearon rápidamente los vehículos para comprobar el estado de los conductores, mientras otros grababan la escena. Las carreras de autos, que en los últimos años han ganado popularidad en Matanzas, volvieron a estar en el centro de la polémica por los riesgos que implican tanto para los pilotos como para el público.
El Chevrolet del 57, joya del automovilismo clásico en Cuba, terminó siendo el más afectado, con daños que podrían ser irreparables dada la dificultad para encontrar piezas de repuesto en la isla. El Cadillac, aunque moderno y más resistente, también necesitará reparaciones costosas.
Finalmente, los organizadores confirmaron que no hubo lesionados, algo que muchos calificaron como “un milagro” dadas las imágenes del impacto. El incidente reaviva el debate sobre la seguridad en este tipo de eventos automovilísticos que, aunque congregan multitudes, carecen de condiciones profesionales para garantizar la integridad de los participantes.
