Alisa Suguro vs Stephanie Beaudoin: ¿cuál de las dos fue la criminal más bella del mundo?

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En el mundo de los titulares impactantes y las redes sociales, las historias de Alisa Suguro Bathrick y Stephanie Beaudoin acapararon durante un buen tiempo la atención global no solo por sus delitos, sino también por la innegable belleza de ambas.

«Tóxicas» como ellas solas, sus mugshots se viralizaron tanto que a pesar de los delitos, el público no pudo hacer menos que sentir simpatías por ellas. Lo cierto es que el rostros de ambas, o el físico, sexualizaron los titulares y las notas periodísticas en un público ansioso. Del otro lado, periodistas, editores de medios y directores, empeñados en salvarse económicamente, ganar lectores etc., le dieron rienda a cuanta noticia sobre una u otra salían a la luz pública. Los rostros e historias de Alisa Suguro Bathrick y Stephanie Beaudoin se convirtieron en venta segura de uno que otro diario hasta que eventualmente llegó un final.

Pero ¿quién merece el título de «la criminal más bella del mundo»? Analizamos sus casos y el impacto que tuvieron en la opinión pública.

Alisa Suguro: La adicción viralizada

Con apenas 18 años, Alisa Suguro Bathrick, originaria de Carolina del Norte y actualmente residente en la Florida, se convirtió en el centro de atención cuando fue arrestada por posesion y consumo de Xanax, un potente medicamento con alto riesgo de adicción.

La peculiaridad de su caso radica en cómo la propia joven publicó su foto de detención en su cuenta de Twitter, acompañándola de un mensaje desafiante: “Me entregué a las 7 am y fui liberada a las 11:30 am. Al diablo con lo que escuchaste, mi foto de detención es bonita”.

La imagen se volvió viral en cuestión de horas, atrayendo a miles de nuevos seguidores a su cuenta. Con 15 mil fans en Twitter y un aluvión de comentarios alabando su belleza, Alisa aprovechó su nueva fama retuiteando los mensajes de admiradores que la describían como “angelical” y “bellísima”. Aunque su detención quedó registrada, la joven logró capitalizar su estatus de «celebridad criminal» en las redes sociales.

Ya han pasado diez años de todo aquello. En una época en que aún las redes sociales – especialmente Instagram – no eran tan populares, Alisa no pudo capitalizar su momento como han hecho otras posteriormente – Sydney Thomas, Hailey Welch, Marigona (de las tres puedes leer historias aquí) – pero así y todo su Instagram tiene apenas 5 mil y tantos de seguidores.

Stephanie Beaudoin: Belleza y audacia

Desde Victoriaville, Canadá, Stephanie Beaudoin impactó al mundo con un historial delictivo mucho más extenso que el de Alisa.

Con apenas 21 años, Beaudoin enfrentó 114 cargos, incluidos allanamientos, robos y la posesion de armas. Lo que sorprendió al público fue cómo esta estudiante de enfermería llevaba una doble vida: durante el día, una joven «normal»; por las noches, una experta en entrar a casas deshabitadas junto a tres compinches menores de edad y, curiosamente, un pequeño perro blanco.

Su belleza también desató una oleada de comentarios en redes sociales.

Apodada «la criminal más sexy del mundo», sus fotografías comenzaron a circular en internet, donde su figura escultural se volvió tema de admiración. Sin embargo, detrás de su apariencia deslumbrante, su caso planteó interrogantes sobre posibles problemas de salud mental. Expertos sugerían que Beaudoin podía sufrir de «vulnerabilidad narcisista», una condición que podría haberla llevado a delinquir para alimentar su necesidad de admiración.

Impacto mediático y comparación

Aunque ambas se convirtieron en fenómenos mediáticos, los contextos de sus casos son diferentes. Alisa se limitó a un delito relacionado con estupefacientes, mientras que Stephanie acumuló una lista impresionante de cargos. Sin embargo, en cuanto a la atención mediática, ambas supieron cómo capturar la fascinación del público, aunque de maneras distintas: Alisa a través de su desafiante actitud en Twitter y Stephanie con su vida doble y su atracción innata por las cámaras.

Mientras que Alisa emergió como un ejemplo clásico de la generación de redes sociales, Stephanie representó un caso más complejo que combinó apariencia, delito y salud mental. Ambas demostraron cómo la sociedad puede romantizar la criminalidad cuando se envuelve en un rostro atractivo.

Entonces, ¿quién gana? Elegir a una ganadora es subjetivo y depende de qué se valore más: la rebeldía descarada de Alisa o la intrigante doble vida de Stephanie. Pero una cosa está clara: sus historias son un reflejo de cómo la sociedad se deja seducir por la mezcla de belleza y controversia, recordándonos que, en el mundo de los titulares, el atractivo físico puede ser tan impactante como los actos que lo rodean.

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