Beatriz Batista, una de las principales voces cubanas a favor de los derechos de los animales, publicó un video en su canal de Youtube donde relata toda su travesía hacia los Estados Unidos por vías continentales, luego que decidiera renunciar a una beca de estudios en España donde residía desde 2021.
Batista, de 24 años y egresada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, cruzó el Río Bravo junto a cuatro mujeres y un hombre el 5 de enero de este año. Aunque no registró en video el cruce por la corriente pluvial, si se aprecia un momento en el que todo el grupo están corriendo hacia la ribera y luego su llegada al lado estadounidense.
Explica con un breve texto añadido a la grabación que vieron numerosas prendas de ropa en los alrededores del río, pertenecientes a otros inmigrantes que previamente habían efectuado el cruce. Quizás alguna perteneciera a alguno de los otros 46 000 cubanos que en los últimos 5 meses se han aventurado por esta vía.
Luego de abrazarse por haber logrado cruzar la corriente en “un día en el que estaba bastante tranquilo”, el grupo comenzaron a caminar por el desierto para entregarse a una patrulla de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, siglas en inglés).
El video se suspende justo cuando se están acercando a los agentes y luego retoma la grabación cuando les están dando agua y alimentos, para luego conducirlos al centro de detención. Batista comentó que el trato de los oficiales al recibirlas en territorio estadounidense fue “súper genial y unas de las palabras que dijeron era que iban a respetar todos nuestros derechos y nuestra dignidad como seres humanos”. Declaró que fue muy emocionante escuchar en una radio, cuando arribó al centro, a Celia Cruz y a Willy Chirino cantándole a la libertad
Aunque sus acompañantes fueron liberados en un período de 10 días, Batista permaneció detenida en un centro para inmigrantes hasta el 24 de febrero, vistiendo el mismo uniforme que le fue provisto por las autoridades. “Lo más difícil para mí fue el momento en que a todas mis amigas les dieron la libertad a los 10 días y yo me quedé sola. Me sentí abandonada”, expresó en su cuenta de Instagram.
Beatriz Batista, también practicante de la religión islámica y feminista, perdió diez libras y su cuerpo se dañó por subir todos los días a la litera donde dormía. También confesó haber experimentado la discriminación hacia la mujer latinoamericana, o “latina”, como usan decir los estadounidenses de manera más abreviada.





